A
propósito del caos producido por el colapso del sistema informático de
Aerolíneas Argentinas que está dejando sin volar a miles de pasajeros, cabe
hacer algunas reflexiones.
La fallida línea aérea, ahora nacional y popular, nos cuesta poco más de 1.200
millones de pesos al año en concepto de "aportes del estado para su funcionamiento", a ello
hay que sumarle la medida de la AFIP de condonar una deuda de casi 50 millones
de pesos de impuestos atrasados, más la deuda operativa de la empresa, que
tampoco paga sus obligaciones corrientes de servicios, tasas y aranceles.
Si hacemos grandes números y sumamos el "costo de mantener funcionando una
empresa", cuando lo lógico sería que se mantenga sola con la facturación,
tribute al erario como las empresas privadas, y deje algunos pesos en concepto
de dividendos; lo que en realidad tenemos es un quiosco de funcionarios, que
administran un agujero negro por donde se fugan recursos que se lee quitan a la
seguridad, salud, educación, justicia y defensa, que son las obligaciones que
tiene el estado con la sociedad.
Ante estos datos, no podemos menos que ponernos nerviosos por el despilfarro al
que nos está llevando esta patraña que desde el gobierno nacional llaman
"Modelo".
Si pensamos que con esos 1.200 millones anuales, sumados a la condonación de
impuestos y las otras obligaciones impagas, podemos reunir, luego de algunos
años de administración estatal de esta línea aérea, la generosa suma de 5.600
millones, esto nos hace pensar que malgastamos el capital suficiente como para
crear una línea aérea de 188 aviones que se solvente sola, como debería ser una
empresa comercial que se dedica a transportar en avión a gente de medianos a altos ingresos. |
En cualquier país serio, semejante despilfarro de los recursos del estado, sería
considerado un delito grave comparable con la traición a la Patria.
Los responsables tienen nombre y apellido y son muchos, entre presidentes de la
empresa y funcionarios nacionales, pero, llama la atención otro caso, como es el
desastre de la petrolera YPF, la que desde la mano del mismo personaje de
apellido Kicillof, que creó este desastre en la línea aérea, endeudó por US$
35.000 millones a la petrolera, mediante un bono destinado a inversiones, con el
agregado de una buena suma incierta anualmente para que funcione una empresa que
"importa" combustibles por US$ 15.000 millones al año.
Estos dos casos, "Aerolíneas Argentinas del estado" que despilfarró cerca de $
5.600 millones y transporta pasajeros a los tumbos; y la petrolera YPF semi
estatal, que importa combustibles por US$ 15.000 millones anuales, más una deuda
de un bono a pagar por US$ 35.000 millones, el llamado "Modelo", no es más que
el premio a la vergüenza de un país que, cuando la petrolera era privada,
abastecía de combustibles, exportaba permitiendo el ingreso de divisas y pagaba
impuestos por un valor superior al presupuesto del Poder Judicial.
Cabe pensar si es ésta la mentira que tenemos que seguir soportando por más
tiempo.
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