Buenos Aires, 23 de julio de 2010
"Querida María Sol:
Ante el requerimiento
que te efectuaran los adquirentes de las acciones de Papel
Prensa SA., te dejo este testimonio por escritura pública para
que puedas utilizarlo y hacérselo llegar a los requirentes si
así lo consideras conveniente. En virtud de ello y de que he
sido testigo presencial de muchos de los hechos que rodearon esa
venta, paso a relatar lo siguiente. Luego de la muerte de mi
hermano David Graiver, ocurrida en un accidente aéreo en México
en el mes de agosto de 1976, con un avión que había alquilado,
empiezan una serie de complicaciones que ponen a la familia en
una situación de mucha tristeza, congoja y también tensión.
"Por una parte, me entero de presiones
telefónicas en México a la familia por parte de grupos
autodenominados como Montoneros, que reclamaban dinero por unos
US$ 17.000.000, hecho que pude conocer más tarde con más
detalles por parte de Jorge Rubinstein, que era la persona que
estaba al frente de todos los negocios en Buenos Aires, y de
absoluta confianza de David. Al mismo tiempo, aparecen
dificultades financieras que hacen caer al Banco Pour la
Amerique du Sud (Bélgica) y el American Bank and Trust Bank (EE.UU.),
ambos propiedad de la familia, con lo cual las presiones de los
acreedores fueron constantes y crecientes.
"El total de la deuda del Grupo Graiver
sumaba aproximadamente US$ 67.000.000 (sesenta y siete millones
de dólares); yo llevaba personalmente la lista de acreedores. En
este contexto, por la delicada situación, la familia retorna a
la Argentina, en septiembre de 1976, para hacer frente a todas
las dificultades y para solucionar todos los problemas posibles
con el tiempo para poder cumplir. Yo residía en Nueva York y
también volví. Se intenta negociar la venta de varias empresas
del Grupo, así como la tenencia mayoritaria del diario La
Opinión, el Banco de Hurlingham, el Banco Comercial del Plata y
Papel Prensa, entre otros activos.
"Con respecto a Papel Prensa, el capital
accionario estaba conformado de la siguiente manera: a) Rafael
Ianover, 2.500.000 [dólares] en acciones Clase A; b) Galería da
Vinci, un total de 2.699.700 en acciones Clase A; c) Sucesión
Graiver, 985.000 en acciones Clase C y 3.800.000 en acciones
Clase E, que representaban sólo el 11% del capital.
"Existen constancias documentales de todo
ello. Los dos primeros paquetes accionarios eran el total de las
acciones Clase A, que daban el control de la conducción de la
compañía. Pero teníamos en la familia cierta precariedad formal.
Rafael Ianover era un gran amigo y hombre de confianza de David,
era el testaferro de David, ejercía el cargo de vicepresidente
de la compañía desde 1973 y siempre cumplió en reconocer que ese
activo era de la familia. En cambio, las tenencias accionarias
de Galería da Vinci estaban a nombre de Rey, Doretti y una
empresa llamada ingeniería Tauro S.A, anteriores propietarios de
la empresa, y no se había podido pasarlas formalmente a nombre
de galería Da Vinci porque se necesitaba la aprobación formal de
la operación por asamblea de accionistas con el 75% de los votos
por ser las acciones Clase A controlantes.
"Aprovechándose de la situación de
precariedad formal de las tenencias por Galería Da Vinci, el
ingeniero Rey se retractó de una dación en pago con Galería Da
Vinci que oficialmente no había aceptado e inmediatamente, el
18/10/76, ingresó en Papel Prensa la suma de $ 17.200.000 para
la suscripción de acciones clase A, oponiéndose a que lo hiciera
Galería da Vinci, que había participado de dichos fondos.
Además, estaba convocada una asamblea de accionistas para el
31/11/76 y no estaba en condiciones el Grupo Graiver de
regularizar la falta de formalidad de sus tenencias accionarías.
Con el escándalo financiero sobre los hombros, difícilmente el
Estado nos convalidaría como accionistas y corríamos el riesgo
de perder todos los aportes hechos en forma informal, con lo
cual tuvimos la necesidad de vender acciones, y no había muchos
candidatos. Rey, Doretti y Tauro estaban interesados para
aprovechar esa situación y comenzaron a maniobrar para quedarse
con Papel Prensa. Para ello, ofrecieron comprar con precios
bajos y medios de pagos inciertos y por otro lado presionaron
con la asamblea que estaba prevista para el 3 de noviembre de
1976, descontando que el Estado no aceptaría la incorporación de
un grupo como el nuestro, que estaba prácticamente quebrado.
Así, quedarían sin efecto las ventas aludidas y conforme al
estatuto tendrían que devolver a los compradores originales el
precio nominal, indudablemente inferior al real.
"En ese contexto de extrema dificultad
toma contacto conmigo el Sr. Guillermo Gainza Paz, quien se
presenta como representante de los diarios La Nación, Clarín y
La Razón para la compra de las acciones de Papel Prensa. Junto
con Anchorena, abogado de nuestra confianza, que además llevaba
la sucesión de David, negociamos con los señores Campos Carlés,
Bernardo Sofovich y Patricio Peralta Ramos, representantes de
los diarios La Nación, Clarín, y la Razón. Me han causado
sorpresa los dichos que se han hechos públicos de tu madre y
Osvaldo Papaleo, ya que no se ajustan a la realidad de las
afirmaciones que hacen, y tergiversan las fechas y los
acontecimientos sucedidos. Las negociaciones las llevé adelante
yo personalmente con el asesoramiento de nuestro staff
jurídico-contable. La venta de las acciones la cerramos el 2 de
noviembre de 1976. Para la firma de los contratos concurrimos a
las oficinas del diario La Nación en la calle Florida y
Corrientes. Luego de cerrada la operación para la firma de los
contratos, que fueron tres, concurrí personalmente con el Dr.
Reynoso, el Dr. Abain, el contador Bogan, el Dr. Miguel
Anchorena, Lidia Papaleo de Graiver, mis padres y Rafael Ianover
y su esposa.
Los contratos
"El escribano actuante fue el Dr. Emilio
José Poggi. Los contratos que se firmaron fueron: a) Rafael
Ianover: 2.500.000, acciones Clase A a US$ 3.572.000; b) Galería
Da Vinci, 2.699.700, acciones Clase A a US$ 3.725.000; total de
acciones Clase A, US$ 7.304.000; c) Sucesión Graiver, 985.000 en
acciones Clase C, 3.800.000 y acciones Clase E, US$ 996.000. El
total de los tres contratos: US$ 8.300.000.
"Los contratos de Galería Da Vinci y de
Rafael Ianover fueron definitivos e irrevocables (no fueron ni
boleto ni una carta de intención), y requirieron además
aprobación por Asamblea de Accionistas que terminó realizándose
el 18/01/77, aprobando la transferencia.
"En cambio, el contrato de las acciones
minoritarias clase C y E de la sucesión estaba supeditado a la
aprobación por el juzgado a cargo de la sucesión porque vos eras
menor de edad. Esta operación nunca se concretó. Como te dije,
la operación se realizó el 2/11/76 y hubo una importante
difusión en los diarios de todo el país. Igualmente, las
dificultades seguían. En esos días, tu madre recibió en las
oficinas de la calle Suipacha la visita de un tal doctor Paz,
que entró en la oficina y se identificó como montonero y le
mostró una pastilla de color rojo y le dijo que iba a hacerle
ingerir la pastilla para matarla, igual que a toda la familia,
sino le pagan la deuda. Lidia le dice no contar con el dinero y
entonces el llamado Dr. Paz exige le una reunión con Juan
Graiver (mi padre) y conmigo.
Presión de Montoneros
"Este Dr. Paz era la persona que venía a
cobrar mensualmente a las oficinas de Suipacha los intereses del
dinero que en su momento David había recibido de Montoneros,
según me enteré más tarde. Esa reunión se realizó un domingo de
fines de diciembre de 1976 en el domicilio de Lidia Catalina
Gesualdi de Angarola, secretaria de la firma, con la presencia
de tu madre y mía por un lado, y dos integrantes de Montoneros,
uno de ellos el llamado Dr. Paz. A partir de la muerte de tu
padre, todos los integrantes de la familia estábamos muy
presionados, no sólo por los apremios de índole económico, sino
por que temíamos por nuestras vidas a partir de la presencia de
los Montoneros, quienes nos amenazaban de muerte si no
devolvíamos el dinero que le habían entregado a David. Recuerdo
que Rubinstein quería pagarle a Montoneros, no así Lidia y yo,
quienes queríamos privilegiar en el cobro al resto de los
acreedores por encima de Montoneros. Incluso en los meses de
enero y febrero de 1977 toda la familia y los integrantes del
Grupo seguían con esa presión, hasta mediados de marzo de 1977,
en que fuimos secuestrados por la dictadura militar pasando a
partir de ello a padecer otro tipo de penurias, no menos graves
que aquellas.
"Concretamente, y con respecto a la venta
de las acciones de Papel Prensa, corresponde dejar en claro lo
siguiente: la misma se realizó el 2/11/76 en forma definitiva e
irrevocable a favor de la firma Fapel S.A., de la que eran
accionistas los diarios antes mencionados por las acciones Clase
A que daban el control de la compañía.
"El mejor precio"
"El precio que recibimos fue el mejor que
pudimos obtener. Recuerdo que una nota del diario La Opinión, de
Jacobo Timerman, destacó la conveniencia del precio que
obtuvimos. La familia gozaba para esa fecha de total libertad
para realizar la operación. Sí existían los apremios económicos
y financieros a que he hecho referencia, como así también las
amenazas que recibimos de los montoneros. Se percibieron los
importes del caso en ese momento, y en los meses siguientes se
cobraron las cuotas pactadas.
"Los adquirentes nos pagaron un saldo
mediante consignación judicial, y este dinero nos los apropió la
dictadura. Cuando la familia e integrantes del Grupo fuimos
secuestrados y detenidos, algunos desde marzo de 1977 y otros a
principios de abril de 1977, la operación de Papel Prensa ya
estaba concluida. Nunca conocí y por lo tanto no comprendo los
dichos de tu madre que se han hecho públicos cuando dice que
mantuvo reuniones por la venta de Papel Prensa mientras estaba
secuestrada. Te repito que para cuando estábamos secuestrados,
la venta de Papel Prensa ya estaba concluida. Respecto de la
operación de la Sucesión Graiver por las acciones minoritarias
Clase C y E (que también se concretó en noviembre de 1976), el
juez de la sucesión nunca se expidió sobre la venta y los
diarios desistieron de esa operación en diciembre de 1977, según
consta en la documentación de la sucesión. Es decir, esas
acciones nunca pasaron a manos de los adquirentes, sino que
fueron ilegítimamente apropiadas por el Estado a través de la
CO.NA.RE.PA. Mucho de lo relatado aquí lo he relatado en su
momento y otros integrantes de la familia también lo han hecho
ante los Tribunales, aun en tiempos de democracia. Por último,
en diciembre de 1985, durante el gobierno de Alfonsín, la
familia fue resarcida por el gobierno; y en lo referente a Papel
Prensa, se cobró el valor de esos bienes. Por Rafael Ianover,
por acciones Papel Prensa A, 1.861.474. Por intereses de 9 años
A, 949.352. A 2.810.826. Que equivalían a US$ 3.088.000, al tipo
de cambio de diciembre de 1985. Igual cálculo corresponde por
las acciones de la Sucesión Graiver: capital A, 988.181.
Intereses A, 503.972. A 1.492.153. Equivalente a US$ 1.639.729.
La buena fe de los diarios
"Estas acciones no pasaron a los diarios,
sino que quedaron para el Estado. Por Galería Da Vinci se
recibió: capital A, 2.623.959. Intereses A, 1.338.219: A
3962.178. Esto sin el inmueble que tenía y otros activos, además
de los de Papel Prensa, que equivalían a US$ 4.354.000. El
precio reconocido por el Estado y de común acuerdo con la
familia fue similar al pagado por los diarios. En resumen: los
diarios adquirentes fueron en esta triste historia terceros de
buena fe que (en su medida) nos ayudaron a paliar en parte la
situación de angustia económica por la que atravesábamos. No me
consta que los diarios hayan actuado de acuerdo con las
autoridades militares de ese momento para la compra de la
compañía; más aún, creo que, por el contrario, los diarios
tuvieron problemas con la intervención de la empresa.