Es evidente que la
defensa no es una urgencia para el gobierno marital de los Kirchner.
Es notable como ha sido olvidada y abandonada a merced del
convencimiento de la ausencia de hipótesis de conflicto.
Probablemente esto
sea producto del resultado de
la prometida revancha montonera a las Fuerzas Armadas Argentinas y de la parcialidad política que apoya al
gobierno actual y su abreviado razonamiento que no advierte la
diferencia entre individuos e instituciones.
Recorte de responsabilidad
A la política de
abandono de personal y material militar, la ministra Garre "sumó" un
recorte del 50% del presupuesto y otro 30% para este trimestre,
llevando a las Fuerzas Armadas a un estado de desamparo que dejarán
a nuestro país en un estado de indefensión jamás visto.
Ante esta decisión,
se hace evidente que no solo se trata de una bruta revancha, sino de
una política que obliga a los militares a incumplir con las misiones
y funciones de sus mandos.
Ciertamente, la
ministra Garré tendrá que comparecer ante un tribunal por el
indiscutible incumplimiento de los deberes de funcionario público,
lo que deberá suceder cuando se reduzca su amparo político, ya que
someterla ahora a un proceso judicial sería otorgarle la ventaja de
la que gozan quienes acompañan esta gestión de algún modo, sean
funcionarios o no.
Oportunamente,
cuando concluya toda esta torpe política de "indefensión sistemática",
habrá que estudiar quienes fueron los militares que, alegando
"obediencia debida" prestaron su conformidad a esta real parálisis
operativa del sistema de defensa sin discutir los objetivos, sin
observar el peligro potencial específico o sin advertirlo
expresamente.
Imprudencia
Más allá de los
problemas sufridos por la logística castrense, estos recortes anulan
algunas lides que las Fuerzas Armadas prestan como servicios
permanentes sin importar la existencia de hipótesis de conflicto,
estado de guerra o paz.
Cabe destacar la
labor de los aviones P3-B Orión de la Armada destinados, junto con
las corbetas de la División Patrullado Marítimo, a evitar la
depredación ictícola, controlar y asistir a la actividad pesquera en
el Mar Argentino. Con estas medidas, los aviones quedarán hangarados,
las corbetas a la luz del puerto de Mar del Plata y los pesqueros
furtivos estarán felices saqueando los recursos a sus anchas. |
Otra labor de la
misma índole es la prestada por la Fuerza de Tareas Conjunta
"Fortín", destinada al despliegue de radares para evitar el
contrabando, la trata de personas y el narcotráfico. Esto, que la
Ministra Garré planteó como un magnífico plan cuando la Corte
Suprema de Justicia la instó a radarizar las fronteras, quedó sólo
en palabras.
El combustible
asignado para el generador de uno de los radares solo alcanza a
algunas horas, no existe el combustible para transporte y no hay
personal afectado por presupuesto.
Así como los
pesqueros ilegales, los narcotraficantes, tratantes de personas y
contrabandistas en general gozan de un servicio especial de zona
franca en nuestro país.
Ocio sospechoso
El control aéreo
y el patrullaje marítimo son de las pocas actividades precisamente
militares que pueden ser reembolsables por la misma actividad.
Sin significar
esto una actividad lucrativa y sin que sea éste su objeto, si el
servicio resulta eficiente, puede llegar a originar recursos
provenientes de los decomisos de naves, aeronaves y mercaderías, de
las multas aplicadas a los incumplidores y de las tasas por
servicios y rescate.
No obstante ello,
resulta sospechoso que sean justamente estas actividades, cuyos
objetivos son tan sensibles, las que más han sido paralizadas por la
ministra de defensa.
Más allá de las
acciones legales que habrá que iniciarle a la señora Garré por
incumplimiento de los deberes de funcionario público, que al día de
hoy es innegable; habrá que estudiar si esta actitud ociosa, que
denota una extrema tolerancia, puede encuadrarse en otra figura
de mayor severidad.
Gustavo
P. Forgione
gustavo@forgione.com.ar
Director
Bajar
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