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?gano oficial de prensa del Partido Federal

Bandera Argentina


año 11 - Número 128

República Argentina, 21 de Agosto de 2009.

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Sumario:

Luego de las elecciones, Kirchner profundiza el modelo - Pagar más caro - Por Gustavo P. Forgione

Los usurpadores de la democracia - Por Alberto Medina M?dez



Luego de las elecciones, Kirchner profundiza el modelo.

Pagar más caro

por lo mismo o peor.

Por Gustavo P. Forgione

Muchas de las decisiones de Néstor Kirchner, cuando era formalmente presidente de la Nación y en la actualidad como presidente consorte, llevan como firma la impuesta por su modelo: ¡Si se puede pagar más caro, mejor!

 

Deuda externa

En algún momento, un asesor, le habrá sugerido al presidente la torpe idea de abandonar el Fondo Monetario Internacional, lo que no solo habrá o?o, sino que adopt?como política al pie de la letra. Desde entonces, el dinero que ir? a financiar los gastos del Estado, nos está costando el triple.

El Fondo Monetario Internacional es una entidad cuya tasa es lo más cercano a la "beneficencia", pero para obtenerla hay que someterse al estudio y cr?ica de sus economistas, que no son más que personas que saben de esta materia y aconsejan sobre "cómo gastar mejor", algo que no concuerda con el gobierno de los Kirchner.

Ante tal escenario y el contexto internacional de "pocos amigos" al que nos acostumbr?la pareja gobernante, solo nos dej?la posibilidad de triangular con el mandamás venezolano Hugo Chávez, quien nos financi?a un costo obsceno para nuestro erario.

El resultado obligado durante tanto tiempo haciendo caso a este modelo fue el creciente endeudamiento externo a niveles históricamente in?itos, con el agravante de pagar más caro el precio del dinero, que es la tasa de inter?.

 

Energía

Como no podía ser menos, lo mismo ocurrió con la Energía. Los niveles de inversión que nos permitieron exportar Energía durante los años noventa, no volvieron a verse, y hoy estamos obligados a importar electricidad de Brasil a precio de gas; gas de Bolivia al 400 por ciento de lo que costaba hace seis años, fuel oil y gas oil de Venezuela, varias veces más caro de lo que nos costaba cuando produc?mos...

En materia energética, sin dejar de lado el perjuicio de la reducción en los puestos de trabajo por la retrAcción de la exploración, extrAcción y producción; el resultado es que: si queremos Energía, la tenemos que pagar más cara.

 

Aerolíneas

El caso de la compra de Aerolíneas Argentinas configura una de las prácticas más vergonzosas que puede hacer un estado nacional. Por desidia, incapacidad o corrupción, lo que alguna vez fue una línea Aérea se ha convertido en un problema con un lindo nombre.

?Un avi?!

El patrimonio de Aerolíneas Argentinas se forma con un avi?, algunos inmuebles, bienes inmateriales como son sus marcas registradas y no más que algunos bienes de uso, ya que las rutas explotadas no son propiedad de las empresas, sino del Estado Nacional. Como todas las empresas de su rubro, Aerolíneas no configura ning? éxito comercial. En todos los casos, el precio a pagar por una sociedad en estas condiciones serán el que resulta de la suma de sus activos, menos los pasivos, pero como esta diferencia serán negativa porque la empresa se encuentra en situación de quiebra, el precio de la sociedad comercial serán cero.

De situaciones como estas surgen los llamativos precios pagados eventualmente por la compra de empresas comerciales, barcos y aviones que originalmente val?n millones, pero que hemos visto que se han liquidado por un d?ar, una libra o un peso para que la transacción sea realmente una compra.

La verg?nza de este caso espec?ico, más allá de que en el gobierno ignoren que entre ellos no hay empresarios sino funcionarios, recae en que el Estado Nacional debería haber ofrecido un peso por la línea Aérea pero ha pagado varios cientos de millones por ese valor... mucho más caro.

El resultado, más pilotos y menos vuelos, más corrupción y menos servicios; pero lo más importante es que si queremos volar lo tenemos que pagar más caro.

F?bol

Siguiendo con la tendencia de ser financiados por Chávez y comprarle combustibles caros, ahora se filtr?también su costumbre de que el Estado se inmiscuya en cuestiones privadas.

Hace poco tiempo surgi?la discusión sobre la necesidad de que los partidos de fé bol en los que jugaba la selección nacional sean transmitidos por canales de aire, a fin de que su difusi? sea libre de costos para quien los ve. Esta era una cuestión solo para discutir en los programas televisivos del mediod?, ya que los partidos del mundial "siempre" fueron transmitidos por canales de aire y por el canal estatal, quedando algún torneo internacional en manos de un canal privado eventualmente, cuya transmisión fue por canales de aire.

Ahora resulta que el Estado Nacional interfiri?en un contrato entre privados con un solo fin: Pagar más caro.

La asociaci? que nuclea la actividad futbol?tica recibir?como aporte del Estado Nacional el triple de lo que recib? de un privado para transmitir los mismos espectáculos futbol?ticos que este presentaba.

Est? muy contentos...

Desde ahora, bajo la premisa de que "el f?bol será gratis", quienes jamás hemos destinado un centavo al f?bol debemos contribuir al Estado para costear un nuevo negocio privado del gobierno.

 

Motivos...

En el mejor de los casos, podrá mos pensar que los ejemplos citados responden a una cuestión geoestratégica impostergable o a alguna necesidad puntual de la coyuntura que nos obligue a actuar de alguna forma aparentemente irracional, pero no es así Las distintas decisiones de los casos citados ni siquiera se fundamentan en los mismos motivos, ya que sus or?enes son distintos: La falta de financiamiento externo tiene su origen en la crisis política de 2001 y se debe a la brabuconada diplom?ica que nos rige desde 2003; la pérdida de Energía propia es producto de la falta de inversión en el sector desde el año 1999 y responde la fat?ica alianza estratégica con el Chavismo caribe? desde 2003; la quiebra de Aerolíneas Argentinas se viene produciendo desde los años 80 y se acentu?desde que esta volvi?a ser monop?ica hace un par de años; con la teleVisación del f?bol no había problemas, los cre?Kirchner hace pocos días.

Si buscamos alguna coincidencia en las resoluciones de estos cuatro casos, lo único que surge es la obsesión por pagar más caro.

Viendo las declaraciones patrimoniales de la pareja gobernante y su incre?le crecimiento, seguramente, esta costumbre no responde a su forma de vida particular, sino todo lo contrario. Resulta evidente que, en ellos, el ahorro es una virtud ineludible. Por lo tanto, habrá que averiguar por qué raz? hacen todo lo contrario con los dineros del estado que gobiernan.

Dado que no hay razones estratégicas impostergables o necesidades de la sociedad que justifiquen un derroche tan torpe, lo más lógico serán atribu?selo a una cuestión de política populista que tampoco amerita este despropósito, ya que, como m?odo, "pagar más caro" solo puede sostenerse por lapsos muy breves, puesto que lo contrario resulta en una irresponsabilidad que siempre termina en tragedia, aunque vilmente se lo disfrace como distribución de riquezas.

En el peor de los casos, "pagar más caro" también podría deberse a una mera cuestión de corrupción por malversaci? de fondos públicos; en este caso, queda claro que serán un delito inaceptable.Gustavo P. Forgione

 

 

 

 

Gustavo P. Forgione
gustavo@forgione.com.ar
 

Director

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Los usurpadores de la democracia

Por Alberto Medina M?dez

Una repetida fórmula avanza en América Latina. Ha nacido una casta de usurpadores de la democracia. Su recorrido se reitera en cada país, con rigurosa precisión.

Los pat?icos gobiernos demagógicos que supimos conseguir en el pasado, han sido el caldo de cultivo ideal para la aparici? de estos modernos l?eres mesi?icos que combinan su perfil autoritario con un discurso populista, una inteligente perversidad y ese hip?rita fervor democrítico que los delata en forma inconfundible.

La democracia es la herramienta imprescindible que utilizan para ejecutar su proyecto. Se trata de declararse amantes de ella y al ejercerla, sentar las bases de su propio aniquilamiento. La voluntad popular es el medio para quitarle libertades a la gente, acumular poder, destruir la República y quedarse con todo a su paso.

El camino lo conocemos, promesas populistas, mucho de demagogia y predecibles triunfos electorales. Con altos niveles de popularidad queda allanado el camino para implementar la segunda fase del plan. Reformar la Constitución, la Carta Magna, para sentar las bases de un reeleccionismo indefinido, un presidencialismo eterno que limite a los otros poderes de la República, a los que someter?en forma directa o indirecta.

A partir de ah? todo es un juego de ni?s. Con la suma del poder público, vendr?la etapa del sojuzgamiento. Una reelección primero, otra después, dando pasos graduales pero firmes, para concentrar el poder institucional, amedrentar a los adversarios, para cerrarle todas las puertas de acceso al poder y acallarlos de cualquier modo.

Ser?tiempo entonces del periodo expropiador, el de estatizar progresivamente, exacerbando el esp?itu nacionalista, demonizando a los extranjeros, y concentrando la propiedad en manos del Estado para minimizar el espacio para la propiedad privada.

La idea es poner de rodillas a la sociedad para ir por todo. Quieren el poder, las propiedades, la libertad y la conciencia de la gente. Para esa etapa tendrán que eliminar derechos esenciales, dominar los medios de comunicación y establecer un control policial sobre los individuos, creando para ello, enemigos artificiales que justifiquen cada avance sobre esas libertades.

Estos l?eres populistas, para construir ese sue?, requieren de un instrumento que lo han encontrado en la democracia. Pero es en realidad ESA forma, tan particular de concebirla, esa que aceptamos mansamente, respetando una regla falsa, la que les permite a estos apropiadores del sistema, avanzar en su proyecto.

Es que en América Latina ha crecido desproporcionadamente una creencia que no resiste an?isis alguno. Estos d?potas han construido un modo de interpretar los principios de la democracia que se sostiene sobre la base de que todo lo que decide una mayoría debe ser aceptado por la minor?. Una concepci? casi aritm?ica de un valor superior. Han convertido una filosof? que posibilita la convivencia en sociedad, en una mera fórmula matem?ica, donde los más aplastan a los menos.

así el que gana impone, y el que pierde se somete. Esa lógica electoral, otorga derechos. Cada vez que triunfa, puede hacer lo que se le antoje, y esto incluye el derecho a destruir el sistema y vulnerar sus principios fundacionales en el proceso.

Es que en nuestras tierras, mucha gente cree genuinamente que de eso se trata la democracia. Han comprado la idea de que cada compulsa electoral es algo así como una disputa deportiva, en la que hay que pasar a la siguiente fase.

La democracia es un sistema de convivencia pac?ica, donde la ciudadaNº delega en manos de algunos pocos un poder que le resulta propio. El poder sigue siendo ciudadano. Por eso, los circunstanciales l?eres deben entender que está a pr?tamo, de paso, solo de paso. Pronto serán historia, y si hacen las cosas razonablemente bien, podría aspirar a dejar una huella para las generaciones futuras, tal vez un legado.

Las dictaduras actuales han decidido no tomar el histórico camino de la revoluci? cubana. Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y la propia Honduras, de la mano de sus nuevos caudillos, han tomado un recorrido más perverso, menos frontal, sustancialmente más hip?rita y retorcido. Ya no precisan de las armas, ni de la guerrilla en su sentido histórico. Ahora han elegido disfrazarse detrás de los ropajes de la democracia. Un sistema en el que no creen, que detestan, pero que les viene bien para dominar por etapas y con un programa perge?do al detalle, quitando una a una las libertades a la sociedad.

La democracia no es la caricatura que estos dictadores en potencia nos ofrecen. La democracia preserva a las minor?s, respeta las libertades individuales, construye sobre consensos, garantiza la diversidad y el pensamiento diferente y jamás trabajar? para limitar su esencia, sino, en todo caso, para hacerla más transparente, más ciudadana.

Estos dictadores, seguirá intentando convencernos, que cada elección ganada otorga derechos para imponer. Para perpetrar su objetivo necesitan de una sociedad capaz de creer ese cuento, de jugar ese juego, del enemigo irreal que justifica la concentraci? de poder. Pero también requiere de una sociedad descomprometida, la de los individuos que creen que la política es tarea de otros y que no vale la pena participar.

Los apropiadores de la democracia conocen las reglas, saben que con un poco de m?tica en sus filas y la apat? de una comunidad que los avala con su apoyo o su silencio, pueden dar los primeros pasos de este camino. Muchos países ya han avanzado bastante en esto. Otros se encuentran recorriendo ese sendero con diverso éxito. Lo grave es que el plan trazado no se detiene, van por más y la gente sigue creyendo que esto de la democracia es un juego infantil que no gravita demasiado en sus vidas.

Es tiempo de despertarse. Estos dictadores vienen por nosotros. Son inteligentes y perversos. Pero deben servirse de esta democracia como el nuevo instrumento que han hallado para ejecutar su proyecto. Necesitan una democracia d?il, una República an?ica y una sociedad resignada, capaz de buscar en esos Mes?s la solución a sus problemas. Ellos avanzan, pero en su propósito, somos los mismos ciudadanos los que construimos los pilares de su recorrido.

Muchos peque?s dictadores pululan por nuestras geograf?s. La imperfecta democracia que hemos construido t?idamente, alberga a demasiados personajes como estos. Aprender a identificarlos es una tarea que bien vale la pena. Es tiempo de cuidarse de los usurpadores de la democracia.

 

 

 

 

 

 

Alberto Medina M?dez

Periodista

www.albertomedinamendez.com

Corrientes, Corrientes, Argentina



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