BUENOS AIRES,
Febrero 27 de 2001
señor
Presidente de la Nación
Doctor D FERNANDO DE LA RUA
S
/
D
De mi mayor consideración:
Habi?dose materializado la
afrenta a la memoria de quienes cayeron creyendo defender las
instituciones de la Patria y de acuerdo a lo que expresara el Día 13 de
Agosto de 2.000, el que suscribe, Teniente Coronel (R) Veterano de Guerra
D EMILIO GUILLERMO NANI, con todo respeto, se dirige al señor Presidente
con la finalidad de hacerle entrega en devoluci? de la Condecoraci?
que oportunamente le fuera otorgada por el entonces Presidente RAUL
ALFONSIN.
Entiendo señor Presidente, que
su decisión de rechazar la solicitud de recibirme en audiencia, tal como
le solicitara por nota del 28 de Diciembre de 2.000 denota ingratitud
hacia un hombre de armas que no tuvo ninguna duda en arriesgar su propia
vida a la hora de defender las instituciones de la Patria, llevando en el
cuerpo y en el alma las consecuencias de ello.
Es muy probable, señor
Presidente, que Ud. no está acostumbrado a recibir expresiones
desprovistas de toda intencionalidad subalterna y es por ello que, con su
decisión, haya transformado un acto de honor en una maniobra meramente
administrativa y burocr?ica y, de esta manera - manipulando el honor -
ocultado la inconstitucionalidad de la medida que adopt?para
congraciarse con quienes atentaron contra las instituciones democr?icas
y, especialmente, con sus c?plices de dentro y fuera del país.
En la nota mencionada
anteriormente le manifestó que hasta último momento había tenido la
esperanza - como tantos otros argentinos - de haber estado equivocado
respecto de usted y de su gobierno; que había confiado en que hubiera
primado su condici? de hombre de leyes y de Comandante en Jefe de las
Fuerzas Armadas por sobre las presiones de quienes no vacilaron en poner
en peligro la estabilidad de la República al atentar contra sus
instituciones pero, por sobre todo, que había so?do con que Ud. hubiera
tenido el coraje de decirle NO a las pretensiones de los delincuentes y
que, en su decisión, hubiese tenido en cuenta el bien del pueblo, que
mayoritariamente se manifEstá en contra de cualquier medida que
beneficiara a quienes, sin ning? tipo misericordia ni justificaci?
alguna, reincidieron en producir un nuevo ba? de sangre a nuestra
castigada Patria, en lugar de velar por los intereses personales o
ideol?icos de algunos de los funcionarios que lo rodean.
señor Presidente, usted que en
1973 fuera uno de los responsables de haber abierto las puertas de las
c?celes a los terroristas presos, sabiendo muy bien el costo que medidas
como esas habían significado a nuestro país en aquellos aciagos tiempos,
hoy ha logrado que los argentinos asistamos imp?idos nuevamente a la
materializaci? de un hecho de similares características, poniendo en
delicado riesgo a la sociedad que atraviesa una profunda crisis de
seguridad, agravada por la situación social apremiante en la que se
encuentran millones de personas.
Soy un Oficial del ejército
Argentino que una y mil veces volvería a arriesgar su vida para defender
los intereses de nuestra Patria, aunque decenas de funcionarios,
legisladores, jueces, dirigentes políticos, miembros de organizaciones
supuestamente humanitarias e integrantes de los distintos sectores del
quehacer nacional, aprovechando los cargos que ocupan, no hayan cesado en
sus intentos de dividir año más a nuestro pueblo, utilizando a las
FF.AA. - de las cuales Ud. es su Comandante en Jefe - como elementos de
discordia, todo ello ante la total impasividad del Gobierno que Ud.
dirige.
señor Presidente, no existe en
m?ning? sentimiento de odio, rencor o revancha por lo que, con mi
actitud, no persigo venganza o desquite.
Yo no hago piquetes, ni mancillo
la Ense? Patria impidiendo su diario izamiento y arr? en el m?til
ubicado frente a la Casa de Gobierno; tampoco cometo el delito de dañar
propiedades y monumentos; no hago escraches; no corto rutas ni calles; no
agravio al General MANUEL BELGRANO, cuyo nombre lleva el Regimiento
atacado por los terroristas, colgando de su monumento inmundos carteles,
ni le falto el respeto a los integrantes de su Escolta Presidencial con
cobardes zancadillas; tampoco ocupo ning? cargo en su Gobierno, como
para poder renunciar a ? como ya lo han hecho otros funcionarios
disconformes con la corrupción existente en el sistema y la poca
vocaci? para combatirla.
Mi forma de expresarle mi
indignació y repudio por lo que su Gobierno ha hecho, es honorable y
respetuosa.
señor Presidente, por todo lo
expuesto en esta nota y por la memoria del Teniente Coronel HORACIO
Fernández CUTIELLOS, del Teniente Primero RICARDO ALBERTO ROLON, del
Suboficial Principal RICARDO RAUL ESQUIVEL, del Sargento Primero RAMON
WLADIMIRIO ORUE, del Sargento JOSE GUSTAVO ALBORNOZ, de los Soldados
DOMINGO JULIO GRILLO, HECTOR CARDOZO, ROBERTO TADEO TADDIA, LEONARDO
Martín DIAZ, del Comisario Inspector EMILIO GARCIA GARCIA y del Sargento
Primero de la Policía Bonaerense JOSE MANUEL SORIA, quienes no vacilaron
en dar la vida para que la Patria viva, con gran dolor remito a Ud. y sólo a Ud., la Condecoraci? que con tanto orgullo he llevado sobre mi
pecho durante más de doce años, haci?dolo depositario de la misma para
que le d?el destino que considere más adecuado.
Sin más lo saludo con
distinguida consideración,
|