Es frecuente escuchar que el
precio del dólar estadounidense debería valer determinada cantidad de pesos,
atribuyendo su razón a los más diversos motivos.
Tal como ocurre con las
cincuenta formas de medir la altura de un edificio, se escucha que si tomamos el
precio de $ 1.- de las épocas de convertibilidad y le aplicamos el incremento
del promedio del sueldo del peón industrial, el dólar estadounidense valuado en
pesos argentinos debería rondar los $ 28,54; también se puede usar ese criterio
tomando los precios de la canasta de productos básicos de entonces, que dará un
resultado actual de $ 24; así, podríamos probar con cualquier variable que pueda
ser considerada precio “doméstico” y, en todos los casos dará distintos valores
que rondarían entre $ 19 y $ 45.
Quien quiera ser más
catastrófico, podrá aplicar otros precios, tales como los de las commodities más
conocidas por los argentinos, por lo cual, la variable petróleo con base febrero
de 2003 nos dará un dólar de $ 14, 45 y si tomamos la base agosto de 1998, ese
valor sería de $ 40,99, algo parecido ocurrirá con los $ 40,77 que surge de la
relación con la cotización del oro a septiembre de 1999. Si aplicamos esa
relación a la carne de diciembre de 1998 el valor que nos devuelve sería de $
27,22.
Podríamos hacer más pruebas con
la actualización de cotizaciones históricas en dólares, quitarle la inflación en
los Estados Unidos y aplicarlas a un valor que, en todos los casos, será
ficticio. Lo único que queda claro es que la moneda argentina se depreció
notablemente, y con el mismo valor nominal, el peso sólo alcanza para adquirir
entre un 3 y un 7% de lo que se podía obtener antes de comenzar la aventura
kirchnerista.
Mercado y precio
Para evacuar estas dudas existe
el mercado, que jamás se equivoca en la fijación de un precio dinámico a cada
segundo, porque así lo indica su propia definición; pero, bajo la óptica de una
economía dominada por funcionarios públicos entregados al gasto, para los
cuales, los ciudadanos tenemos prohibido determinar precios porque, en su
formidable soberbia, carecemos de esa capacidad, existen números más
disparatados, como son los precios establecidos para varios tipos de dólares
estadounidenses discriminados por sector, tipo de gasto y otras extravagancias.
En el caso de confiar en los
índices oficiales, podemos ajustar un valor de tipo de cambio con la tablita
creada en épocas del presidente sustituto Duhalde, quien creó el “Coeficiente de
Estabilización de Referencia”, una suerte de cálculo de la depreciación del
peso, el que daría un valor del dólar de $ 5,73… éste número resulta demasiado
grotesco si consideramos que el famoso CER indicaría algo parecido a la
inflación en Argentina, desde que ese gobierno interino devaluó el peso un 40%.
Para continuar con los valores
oficiales, podríamos utilizar el “Salario Mínimo Vital y Móvil”, que
actualizaría la divisa a $ 28,94, lo que tampoco reflejaría algo que se asemeje
a los $ 9,40 a los que opera el gobierno y tampoco a los aproximadamente $ 15
que el público está dispuesto a pagar por un dólar.
Un análisis monetarista
frecuente es el cociente entre reservas del Banco Central y la Masa Monetaria;
entonces vemos que lo que representaba $ 1 por cada dólar en épocas de
convertibilidad, hoy significaría, según la poca información con la que contamos
de lo que contiene esa reserva, alrededor de $ 30; ante estos números, queda
claro el motivo por el cual el BCRA está en real quiebra al hacerse cargo de la
diferencia entre el tipo de cambio fijado y el real, lo que configura el déficit
cuasi fiscal.
Valor y precio
Hasta aquí hemos tratado
solamente valores, que es la denominación en blanco y negro de una cantidad,
pero que nada tiene que ver con el precio. Para entender esto, sólo hay que
pensar en el valor nominal de un documento, el cual, lanzado al mercado, obtendrá
un precio distinto; tal el caso de las acciones de una sociedad cuyo valor de
cara podría indicar $ 1.- y su cotización puede variar entre centavos y cientos de pesos; aún su "valor libros", número que surge del cociente entre el
patrimonio neto y la cantidad de acciones emitidas, no tiene relación directa
con el precio de la sociedad cotizante.
Más claro puede verse en las
emisiones de bonos del gobierno argentino, el cual emite láminas a $ 100 de V$N
cada una, pero jamás nadie las suscribiría a ese valor, salvo en los casos en
que sean encajadas compulsivamente por el gobierno, como hemos visto en algunas
oportunidades. |
Por definición, “precio” se
refiere al monto que está dispuesto a pagar quien va a comprar determinada cosa
o servicio.
Para conocer la cotización
exacta del dólar estadounidense, no es científico, lógico ni práctico aplicar
ningún índice, cociente o teoría fundamentalista contable sobre un valor
anterior, ya que sólo estaríamos estimando una aproximación sobre algo que
responde a una conducta humana compleja, basada en expectativas futuras de lo
que le interesará abonar a un conjunto de personas en un instante preciso, ya
que el precio pactado en ese instante será anotado bajo el concepto de última
cotización, para convertirse en un dato del pasado, necesitando luego del mismo
mercado para otorgarle un nuevo precio que, luego de cada operación se
convertirá en otra última cotización.
Así como existen variaciones
estacionales de precios de productos de consumo, aumentos y disminuciones
debidas al volumen ofertado, escasez o abundancia de determinada cosa, que hacen
que la cebolla supere los $ 40 el kilo y que los productores de leche o frutas
tiren su producción por la pérdida que implicaría su venta, las divisas son un
activo más de la economía y su precio depende de la necesidad del público y de
la expectativa del momento.
Por estos días, vemos la
preocupación de los analistas por la incertidumbre de la cotización del dólar
estadounidense cuando concluya esta aventura fanática que implica el
“cepo cambiario”. Cabe destacar que sólo
podremos saber ese precio cuando vuelva a funcionar el Mercado Libre de Cambios,
y la suma de interpretaciones y voluntades de las personas que operen, decidan
su real cotización.
Más allá de los análisis
fundamentales, queda claro que hoy, con un control policíaco militar sobre el
mercado paralelo, el público está dispuesto a pagar alrededor de $ 15 por cada
dólar y, mediante un trámite legal, pero restringido por su carácter
burocrático, como es la operación de Contado con Liquidación, $ 14.
Aún existiendo un mercado
“permitido por la ley”, su participación es perseguida por los funcionarios del
régimen, hasta llegar al punto de aplicar, por estos días, una multa de $ 185
millones al Banco de Valores, sus directores, síndicos y directores de la Bolsa
de Comercio de Buenos Aires, por algunos detalles de registro de quienes
ingresan divisas por exportación de valores mobiliarios.
La única certeza son las dudas
Varios interrogantes surgen
actualmente, ya que no hay datos ciertos sobre lo que ocurre con el erario, el
gasto público, los pactos secretos y la deuda nueva encubierta.
¿Qué ocurriría si durante el
próximo mes de octubre, el gobierno advierte que no le alcanzan los recursos del
estado para satisfacer las obligaciones surgidas del BODEN 2015?
¿Qué ocurriría si al momento de
hacerse públicas las cláusulas secretas de los acuerdos con China, aparecieran
compromisos nocivos sobre política monetaria?
¿Qué ocurriría si se conociera
que las reservas del Banco Central sólo tienen especies líquidas por US$ 7.500
millones y el resto son obligaciones incumplidas del gobierno argentino?
¿Qué ocurriría si China vuelve a
devaluar el yuan y repetimos las pérdidas de miles de millones por depreciación
de la reserva?
¿Qué ocurrirá cuando se sinceren
los números de los índices oficiales que acumulan mes a mes una nueva mentira
sobre los datos reales?
El precio del dólar en pesos sólo dejará de ser una
incógnita cuando se publique su cotización luego de operar en el marco de un
mercado libre; quien indique un dato cierto antes de ello, sólo contará una
buena ficción para llamar la atención.
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