El Poder
Judicial y Ministerios públicos de la Provincia
de Buenos Aires está atravesando el comienzo de
un cambio estructural, a ra? de la
modificación del Código Procesal Penal de la
Provincia de Bs.As. El mismo, grandes rasgos y
como notas distintivas, ha hecho recaer la tarea
pesquisitiva en manos de Fiscales, desplazando a
los jueces instructores, reservando a los Jueces
el rol de "garantes" de los derechos de
los imputados y del principio de legalidad; a la
vez que ha venido acompañado de la creación de
nuevos cargos, muchos año sin cubrir.
Los
resultados prácticos año está por verse,
entendiendo que ver a pleno el funcionamiento del
nuevo sistema demandar?unos ocho años más, y
reci? ah?se podría sacar conclusiones
definitivas. Lo cierto, es que el presente no es
muy alentador. Las causas iniciadas bajo el
anterior régimen, han quedado radicadas en
"Juzgado de Transici?", donde en uno
se concentraron más de un Juzgado Criminal y
Correccional ahora disueltos- que parecen
que se perpetuar? en su funci?, más allá de
lo que normativamente se quiera imponer. allá
cotidianamente se ven empleados desmotivados,
atestados de trabajo, conviviendo con situaciones
de privaci? y retardo de justicia, que se han
asimilado como naturales. Hoy por hoy, en su
mayor?, estos juzgados trabajan causas con
delitos de acción pública (en los que el
estado, sea por el Juez o por el Fiscal,
teúnicamente debería actuar independientemente
de la presentación de un damnificado), a
instancia de parte, por falta de recursos.
Casos como
los Juzgados de Transici? de San Isidro, de San Martín, Campana, Lomas de Zamora, etc., son
testigos de esto. En muchos de ellos, y a pesar
de los enormes esfuerzos de los Jueces,
Secretarios y empleados, año se encuentran
paquetes de causas que deberían estar en
tr?ite, sin desatar, deconoci?dose siquiera
qué hay adentro. Ni qué hablar de la
documentaci? o efectos que deberían
conservarse, donde su búsqueda puede demandar
hasta meses.
Por otro
lado, las nuevas estructuras judiciales creadas,
cuentan con una gran juventud en sus filas, que
si bien trasunta una carga de entusiasmo y
motivaci? positiva, presenta como contrapartida
la falta de experiencia esperada para los cargos
que ha tocado cubrir. Sin perjuicio de ello, se
nota en los jóvenes funcionarios gran ?petu en
capacitarse, no obstante las dificultades
económicas y de tiempo que los aqueja.
Finalmente,
debe señalarse que año falta aceitar los
elementos, ya que la enorme inversión efectuada
no se condice con los magros resultados
obtenidos; ej.: la informatizaci? año goza de
gran resistencia entre los funcionarios y
empleados, todavía la justicia depende en
demas? de la Policía para tareas básicas,
etc.
Se ha
nombrado un gran Número de Instructores
Judiciales, dependientes del Ministerio público
Fiscal, con salarios y cargos equiparados a los
de los Secretarios de Juzgados, abogados, de los
que cabe esperar mayores resultados, esperando
que con el tiempo, estos se produzcan, debiendo
efectuarse, al menos para con estos, un sistema
de control y evaluaci? de productividad.
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En cuanto a
la Justicia Federal, si bien corresponde su
tratamiento a la Nación, vemos que existe
también atraso en la tramitaci? de
expedientes, siendo necesaria la creación de
más Juzgados de primera instancia,
principalmente en el conurbano, donde los delitos
de su competencia son mayores drogas,
secuestros extorsivos, violaciones a las leyes de
marcas y patentes, contaminació , etc.
A la hora de
hablar de soluciones, el foco deberíaser puesto
en la capacitaci? del personal. No hay otra
solución por más dram?ica que parezca
- que esperar a que los actuales miembros del
Poder judicial y ministerio público ganen
experiencia y capacitaci?. Salarialmente este
sector, con relación al resto de las actividades
públicas y año privadas, no está mal.
Creemos
necesario esto s? a pesar de la
resistencia que generarán aumentar el horario de
tareas no sólo en el fuero penal- a fin de
acelerar el tr?ite de los procesos, no obstante
la cantidad de horas extras no remuneradas que
cumplen los empleados en much?imos casos.
Se impone la
concentraci? edilicia de Juzgados, UFI?s
(Unidades Fiscales de Investigaciones),
defensor?s oficiales y Alcaldías, lo que a la
a larga minimizar?costos, por ejemplo en tareas
de custodia, cabiendo la posibilidad de unificar
con los edificios de Tribunales, unidades del
Servicio Penitenciario y Comisar?s.
En cuanto a
los Juzgado de Transici?, deberíaasignarse un
mayor Número de personal con carácter de
urgente, a través de contratos temporarios, en
lo posible de abogados, para resolver los
legajos.
Una nueva
solución aparece hoy como posible y hasta ahora
ninguna voz se manifestado al respecto: la
posibilidad de implementar contratos de
pasant?s (Ley 25.165) con estudiantes
universitarios sea de derecho para actuar en
UFI`s y Juzgados; de Asistencia Social para
colaborar con los patronatos; de ingenier? para
realizar tareas estad?ticas serias y liberar de
estas a los empleados judiciales; de medicina y
sicolog? para asistir a los m?icos y
sicómogos forenses; con estudiantes terciarios
en criminal?itica, caligraf?, etc. para
colaborar con los cuerpos periciales.
Finalmente,
deberían cambiar su mentalidad los operadores
del sistema que en muchos casos, siguen actuando
como en el anterior. así debería prohibirse el
envía de las causas a las comisar?s,
debi?dose sólo ordenar tareas delegables en
casos excepcionales y de necesidad estricta, para
que la investigación sea totalmente judicial.
Hoy por hoy,
creemos que no convendría volver atrás con los
cambios ya en marcha, sino corregir el rumbo de
los mismos, exigiendo de parte de los
funcionarios y magistrados una mayor
productividad y eficiencia, dando soluciones
espec?icas a los problemas particulares de cada
departamento judicial, para lo cual se requiere
de funcionarios que los conozcan, que los hayan
caminado (o padecido) y que sean guiados, ante
todo, por el sentido común.
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