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La Hoja Federal

Órgano oficial de prensa del Partido Federal

Bandera Argentina


Año 9 - Número 98

República Argentina, 30 de Noviembre de 2007.

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Sumario:
De castaño a oscuro
- Ante la vacancia de la Cancillería Argentina... - Por Gustavo P. Forgione

¿Radicación o erradicación de villas? - Por María Elsa Jorcino de Aguilar



Se agudiza la ofensiva de la asamblea popular entrerriana

De castaño a oscuro

Ante la vacancia de la Cancillería Argentina, el resto del Gobierno Federal acompaña esa inacción.

Por Gustavo P. Forgione

No existe República si en la resolución de conflictos no intervienen las instituciones establecidas regularmente.

Las leyes establecen determinadas pautas para las actitudes negativas de algunos ciudadanos, pero en nuestro país hasta las conductas más nefastas pueden ser toleradas, no porque haya sido establecido así, sino porque los funcionarios y magistrados no cumplen con las obligaciones por las cuales deberían haber jurado. Sin importar las razones que los motivan, esta pasividad anárquica se ha convertido en una característica generalizada.

 

Hipótesis de conflicto

Por estos días, el gobierno de la República Oriental ha estado investigando la fotografía de un misil que, presuntamente, está en manos de algún grupo vinculado a los autodenominados asambleístas de Gualeguaychú. También existen nuevas hipótesis de conflicto surgidas de las amenazas públicas de algunos manifestantes, que planean desembarcar en un balneario de la margen oriental del Río Uruguay con fines desconocidos; entre otras calamidades conocidas.

Modalidad de asedio via fluvial.

Si se tratase de una campaña mediática para fastidiar al país vecino, la figura jurídica que le cabría se acerca mucho a la de terrorismo, y observando la severidad que le otorgan las autoridades de turno a esa desgracia, es probable que este tipo de actividades deplorables prosigan su cometido impunemente, por lo menos, por cuatro años más. Asimismo, si se tratara de una hipótesis probada de incitación al Uruguay, la figura que cabría ante tal delito, también sería la de terrorismo, pero, acompañada de tipos penales más precisos.

La falta de atención de las autoridades a la conducta dañosa y perversa de algunos activistas que intentan agravar el conflicto internacional, aún en ciernes, también es punible con agravantes.

Si observamos lo que ocurre desde hace ya un año en la zona Gualeguaychú - Ñandubaysal, podemos identificar a simple vista, varios de los tipos plasmados en el Código Penal.

En cualquiera de las crónicas relámpago que se muestran sólo un par de minutos en los noticieros de televisión, podemos apreciar la comisión de una gran cantidad de delitos simultáneamente, establecidos entre los artículos 79 y 299 del Código, algunos de los cuales son los denominados Delitos Contra las Personas, Contra el Honor, Contra la Libertad, Contra la Propiedad, Contra la Seguridad Pública, Contra el Orden, Contra la Seguridad de la Nación, Contra los Poderes y el Orden Constitucional, Contra la Administración Pública y Contra la Fe Pública, a estos habría que sumarles los delitos ¡Culpable!constitucionales como la sedición, entre otros.

 

¿No será mucho?

A simple vista parece demasiada imputación para quienes pretenden ejercer lo que creen que son sus derechos aunque sea mediante la violencia, pero la ignorancia de estas normas no exculpan a ningún ciudadano o habitante del país de los delitos cometidos; aún cuando su actitud sea impulsada por algún instinto primitivo de acompañar la conducta masiva de sus congéneres.

 

Culpa compartida

Cada cual tiene su responsabilidad; el infractor que, aún ignorándolo, comete delitos graves que le deberían costar varios años de su libertad; los funcionarios del Gobierno Federal que de tanto "hacer la plancha" perdieron la capacidad de discernir cuales son sus verdaderas funciones; si hubiera que reprocharle algo al país vecino debería haberlo hecho nuestra Cancillería en tiempo y forma; y, finalmente, los magistrados y funcionarios judiciales que observan los flagrantes delitos por televisión, pero como su solución no está políticamente de moda, no actúan de oficio y cambian de canal, desconociendo que son ellos el último recurso de justicia de los mortales.

 

Cuando el Estado está ausente, siempre aparece alguno que dispone de sus funciones.

Resulta evidente que dejamos de ser un país serio, pero de seguir así, dejaremos de ser un país. Eso es algo serio.

 

Gustavo P. Forgione

 

 

Gustavo P. Forgione
gustavo@forgione.com.ar
Vicepresidente II - Partido Federal
Capital Federal

 

 

Ver "Conflicto inadmisible" - La Hoja Federal Nº 80 - 24/11/2006

Ver Código Penal de la Nación Argentina - Ley 11.179 T.O. Act.

 

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¿Radicación o erradicación de villas?

Políticas económico-sociales y solución del acceso a la vivienda en los sectores sociales de menores recursos.

Por María Elsa Jorcino de Aguilar

El desarrollo regional, la política de sustitución de importaciones y la exposición de las villas de emergencia.

En la década de los 70, las políticas económico-sociales latinoamericanas que tuvieron como objetivo disminuir la pobreza y el desempleo, al brindar equidad de oportunidades de desarrollo a las regiones que conformaban los territorios nacionales, acentuaron la concentración de población en las áreas metropolitanas derivadas de la expansión del crecimiento industrial y, por ende, de una oferta concentrada de empleos, a la que acudieron oleadas de emigrantes rurales provenientes de distintas áreas del territorio y de los países limítrofes.

La aceleración del crecimiento de las áreas metropolitanas no contó con la expansión de oferta de viviendas.

Los nuevos habitantes se dirigen hacia las tierras fiscales y las ocupan con construcciones precarias; así se desarrollan en toda Latinoamérica: Las villas de emergencias (Argentina), las favelas (Brasil) y los pueblos jóvenes (Perú). En la Argentina se crea la secretaría de Vivienda y desarrollo Urbano, dependiente del Ministerio de Bienestar Social, se formula la ley 21.851/77, el fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI). La política de vivienda estuvo encarada para solucionar el problema habitacional a través de la aplicación de estrategias dirigidas a la erradicación de la población de villas y la recuperación de los terrenos ocupados.

Se construyeron entonces los grandes conjuntos Habitacionales que albergan cientos de habitantes, localizados en terrenos alejados de las áreas centrales y de los puestos de trabajo, con bajos niveles de accesibilidad y reducidos medios de transporte. Estas soluciones no dieron los resultados esperados.

Los problemas estaban principalmente focalizados en las condiciones de locación de los conjuntos habitacionales.

Otros aspectos contribuyen a la disfuncionalidad en gran parte de ellos: los problemas de escala, los megaemprendimientos habitacionales que materializaban el sueño de la”unidad” habitacional de Marsella no lograron la cohesión social entre sus habitantes que provenían de los medios rurales y en los que la migración y la exclusión fueron principales situaciones emergentes; por otro lado, los espacios verdes que rodeaban las bloques de vivienda sólo constituían espacios vacíos sin uso determinado.

El diseño de la arquitectura en muchos casos fueron verdaderas soluciones de tablero, sin considerar, por ejemplo, las diferencias de las condiciones climáticas que se manifestaban en el extenso territorio desde la rigurosidad del frío patagónico hasta las altas temperaturas en el Noroeste del país; estas diferencias no tenían el correlato de soluciones de diseño y de materiales para disminuir sus efectos.

La falta de mantenimiento a lo largo de la vida de los edificios transformó “conjuntos habitacionales en villas desarrolladas en múltiples pisos.”

En la “primera conferencia del hábitat.”, realizada en Vancouver, se analizaron críticamente se genera un cambio en las políticas de vivienda.

En el ámbito nacional, se analiza la gestión de los planes a través de la transferencia de fondos a las provincias (Ley 24.130). Se ratifica la  federalización de los recursos del FONAVI, y se crea el “consejo Nacional de la Vivienda”. A escala municipal, se desarrollan “políticas alternativas”, que permiten mayor participación de los habitantes de las villas y las ONG.

 

La década de los 90 y los efectos de la globalización económica.

Durante los años de la más aguda crisis económica vivienda en nuestro país, se manifiestan hechos que inciden en el cambio de las pautas de ocupación del territorio, especialmente en el área metropolitana de Buenos Aires. Las inversiones es la construcción de autopistas y la privatización de los servicios de infraestructura posibilitan la ocupación del área metropolitana en nuevas direccionalidades en los históricos ejes de urbanización.

La inseguridad en la ciudad central; la mejor accesibilidad y la dotación de infraestructura de servicios que permiten la expansión de la metrópoli en todas direcciones inciden en las migraciones urbanas (300.000 habitantes, según el último censo de población, dejan la Capital Federal).

Se ocupan 30.000 ha con nuevos desarrollados residenciales privados, en barrios de campo y chacras. Se construyen shoppings, centros, colegios privados de prestigio e hipermercados. Empresas líderes emigran al encontrar terrenos de menor costo y facilidad de acceso.

Al lado de los ghettos residenciales privados se conforman nuevos ghettos: “las villas de emergencias”, que aumentan la población de las ya existentes, y se multiplican los nuevos asentamientos en zonas inundables. El camino descendentes comienza a recorrerse agudiza la recesión económica, en la que cada vez más personas integran el grupo de “sin trabajo y sin techo”. Las sucesivas crisis económicas en el país producen un brusco decrecimiento de la producción, que llega al cierre de las actividades económicas y a un ascendente aumento de desocupados. La protesta social se convierte en el espacio entre la normalidad y la ruptura.

Se diversifican las organizaciones. Nuevos personajes integran el paisaje urbano: los piqueteros, “caras cubiertas y corte de calles” para encontrar respuesta a sus requerimientos y falta de empleo.

Los “cartoneros”, familias que conviven y viven de la basura de la ciudad, la falta de trabajo y las situaciones sociales no resultan las áreas ocupadas por villas y los homeless que habitan en el pórtico de las iglesias y los bancos de la plaza.

La radicación de villas

En la actualidad, se han cambiado los principales ejes del accionar de la política habitacional.

Por un lado, la estrategia principal mantenida durante varias décadas: la erradicación de las villas y el consecuente desarraigo de la población, ha dado lugar a la política de radicación de villas que se ha aplicado a la integración de la villa con la ciudad.

Del verticalismo en el accionar encargado jerárquicamente por las distintas responsabilidades: Gobierno, por el funcionario y el profesional, se ha pasado a la acción consensuada, al diálogo donde se explicitan los requerimientos y necesidades de los habitantes de las villas y la interpretación de estas de estas demandas por los técnicos.

De los grandes conjuntos habitacionales en altura, megaemprendimientos globalizados, la solución se encara hoy en sectores de las villas y éstos se ejecutan según etapas. El intrincado tejido de la villa, conformado por casillas adosadas caóticamente entre sí, dentro de espacio urbano diferente, separado del resto de la ciudad y con acceso (sólo conocidos y utilizados por sus habitantes) ha sido rediseñado. Se ha logrado mensurar y adjudicar los lotes a sus habitantes reunidos en cooperativas.*

Se han abierto calles y avenidas de vinculación con la ciudad, subdividido las tierras en fracciones y éstas en lotes, donde cada casa tiene su número y su propietario. A través del apoyo crediticio del BID, cuentan con redes de distribución de aguas y cloacas, gas, electricidad, desagües pluviales, alumbrado público, pavimentación de calles y veredas, y arbolado. Las villas dejan su condición de “ghetto marginal” para integrarse con el resto de la ciudad, un barrio más.

El habitante desplazado y marginado se incorpora como un ciudadano nuevo.

En la escuela, sus hijos ya no son conocidos por ser pertenecientes a la villa número xxx, se los identifica por su apellido, calle y número de su vivienda. Esta última está diseñada por ellos mismos, con asesoramiento de la Comisión de Vivienda, y la vivienda les pertenece. Esto facilita la sociabilidad que necesitan tener con el resto de la ciudad, hasta ahora competitiva y excluyente.

 

La ciudad y las villas

Aparentemente, no todas las villas podrían ser radicadas en el mismo lugar donde se encuentran.

¿Es necesario que las villas que en su inicio ocupaban una determinada localización y eran dominadas por el lugar de su emplazamiento, y que se extendieron casi indefinidamente ocupando cada vez mayor número de hectáreas en varios kilómetros de longitud, se radiquen en el mismo lugar?

En este caso, es posible que la radicación produzca situaciones desfavorables para el desarrollo armónico de la ciudad, que podría quebrar su estructura o perturbar tejidos urbanos de diseños clasificados y áreas patrimonio de la ciudad.

Las extensas radicaciones no deberían desorganizar el adecuado funcionamiento de zonas de actividades múltiples y uso dominante, tales como áreas culturales, residenciales complejos deportivos, complejos educativos de diferente nivel, áreas centrales de la ciudad y otras.

Dialécticamente, la radicación de villas es eficiente en aquellas áreas dotadas de buena accesibilidad, ubicadas en zonas no inundables, en lugares alejados del efecto de actividades tóxicas y peligrosas, y en general, próximas a fuentes de trabajo y a zonas de vivienda.

 

Notas:

*Ordenanza Nº 39.753/84: Pautas programáticas para el programa de radicación de villas. En 1987 se ponen en marcha el plan piloto de Recuperación Renovación e Integración de la villa 6.

La ordenanza Nº 49.873 dispone la apertura de calles conforme a las tazas diseñadas y se establecen las normativas urbanísticas y la modalidad de la operatoria de venta.

Se formula el Plan de Urbanización de Villas y Barrios Cadenciados Implementado por el GCBA a través de la CMV.

 

 

 

Arq. Maria Elsa Jorcino Aguilar

Arquitecta urbanista

 

 

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