La experiencia aportada por el físico y genio matemático alemán
Karl
Friedrich Gauss hace dos siglos, quien se empeñó en demostrar
cómo las
variaciones en los datos de origen experimental podían representarse
mediante una curva de forma acampanada, se aplican hoy como entonces para todo
proceso económico natural y en otras doctrinas donde el comportamiento de
los datos es medianamente racional.
Históricamente, para estudiar el rendimiento de los recursos de petróleo y
gas de una reserva, se tiene en cuenta lo legado por aquel genio, y el
gráfico resultante tiene generalmente forma de parábola, la que alcanza su
máximo punto cuando se ha extraído la mitad del combustible calculado, y
desde allí comienza a decrecer su rendimiento productivo y cualitativo en
una curva inversa a la de la primera mitad.
La campana local
En nuestro país el cálculo resulta infinitamente más complejo.
Si
comparáramos la figura de una campana con los niveles actuales de
producción en relación con los años previos, nos indicaría que estamos
viviendo los últimos días de la producción de hidrocarburos argentinos;
algo que no es exactamente cierto.
Está claro que Gauss se basó en el principio de "distribución normal",
algo estudiado por las matemáticas y que existe como función estándar en las planillas de cálculo, pero
ello no responde a las variaciones de las reglas de juego de nuestra
economía y, menos, de nuestra producción de hidrocarburos.
Para explicar un proyecto económico en nuestro país, siempre se
hace necesario aclarar el resultado previsto con el aditamento de la frase latina
"caeteris paribus", esto
significa que uno debe advertir que todos los pronósticos deben basarse
en que la coyuntura debe seguir como en el momento en que se presentó la
idea.
A
partir de entonces, si la situación cambia, los datos presentados pueden
variar de forma estrepitosa. En estos casos, la figura resultante de la
famosa campana será incierta.
Por
ello, aunque exista una estabilidad aparente, resulta muy difícil planear
inversiones en el mediano o largo plazo.
No
obstante el descalabro político que generó la crisis económica hace
seis años y los cambios rotundos en todo el sistema, cada alteración de
corto plazo en las reglas de juego, llevan consigo una pequeña crisis que
hace imposible planear un flujo de caja para realizar un proyecto o para
atraer inversiones.
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Un
sector dañado
Lo
ocurrido en el sector gasífero y petrolero configura el caso más
demostrativo de que estas pequeñas alteraciones de corto plazo
hacen imposible, siquiera, presentar la idea de plasmar inversiones
en ese rubro.
Los
varios miles de millones de dólares que no se invirtieron en el
sector desde fines de la década del '90 fueron testigo de ello; su
ausencia dio por resultado la escasez de gas domiciliario e
industrial desde 2004 y nos obligaron a importar petróleo y
derivados, como no se hacía desde antes del Plan Houston a mediados
de los '80; ahora a precios exorbitantes.
Dada
la insuficiencia de soluciones concretas y la falta de interés de
éste gobierno durante tanto tiempo, la campana de Gauss en el
sector petrolero argentino ha presentado una forma que lejos está
de trazar la de una campana, más bien, podría manifestarse como
cualquier otra figura con valles y crestas pronunciadas, según van
sucediéndose los acontecimientos, a antojo del gobierno de turno.
Durante la gestión Kirchner, estos valores sólo revelaron en sus
gráficos una constante recta descendente.
Para
el futuro, el panorama no se presenta muy alentador; de revertirse
mágicamente esta tendencia y recibir inversiones inmediatas en
exploración, extracción, producción y transporte de
hidrocarburos, por más formidables que estas fueran, los resultados
positivos recién serían observados dentro de tres años, por lo
que el daño al sector vino para quedarse.
Más
allá de la urgencia necesaria, aunque el resultado sea remoto, las
inversiones deben ser realizadas en un plazo razonable, antes de que
el mundo abandone los hidrocarburos como insumo energético y
hayamos dejado bajo tierra lo que hoy es un recurso valioso.
Gustavo P.
Forgione
gustavo@forgione.com.ar
Vicepresidente II - Partido Federal
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