El
inmenso triunfo en primera vuelta de Mauricio Macri y Gabriela
Michetti permite realizar muchos análisis y lecturas. La más
importante es que los porteños se sacudieron la modorra impuesta
por más de diez años de seudo progresismo y se animan al cambio;
no están dispuestos a rifar más tiempo. En términos de la vida de
todos los días, diez años es demasiado para que las cosas no se
hayan hecho como se debía. La caída del techo de la escuela
Mariano Acosta ocurrida los últimos días es el testimonio del
estado de precariedad con que nos manejamos en la ciudad. Envueltos
en rebuscados discursos, los gobiernos porteños de los últimos
diez años no han podido resolver el problema de la infraestructura
escolar así como tampoco han podido confeccionar un mapa del delito
propio, para no depender de los datos del Ministerio de Justicia de
la Nación, que los oculta o los falsea. Estas y muchas otras
falencias, son las que ya han colmado el entendimiento del porteño
medio que ya no busca mas palabras sino respuestas.
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Y
ese es justamente el aporte que el Frente Compromiso para el Cambio,
primero, y luego el PRO, le han hecho a la política porteña.
Frente a un abanico de candidatos y propuestas repetidas y
superficiales, PRO se ha instalado con un fuerte componente
ejecutivo, basado en la figura de su máximo referente y en el
trabajo desarrollado en los últimos tiempos por su Bloque de
Legisladores en la Legislatura porteña, donde justamente se ha
destacado su presidenta, Gabriela Michetti quien lo acompañó en la
formula. Frente a esta alternativa, el progresismo ha vuelto a
apostar a más de lo mismo: viejos funcionarios -como Filmus- ahora
devenidos candidatos gracias a la maquinaria estatal, que apelan a
cualquier tipo de golpe bajo para prevalecer. Que lo diga sino,
Jorge Telerman, que sufrió en carne propia la agresividad del
oficialismo.
Paradoja
de esta elección lo de Telerman: apostó a la ejecutividad, al
estilo Macri, remodelando calles y plazas, pero no logró convencer
a los porteños de su verdadero compromiso con lo nuevo, con el
cambio. Más bien, se lo siguió viendo como al viejo progresista
que había acompañado a Ibarra hasta la puerta del cementerio y que
además prefería a Olivera, eterno compañero de De la Rua, por
sobre otras alternativas para acompañarlo en la fórmula. El 24 de
junio los porteños tenemos la oportunidad de ratificar el cambio.
No la dejemos pasar.
Dr.
Martín Borrelli
Presidente
del Partido Federal |