Un cambio significativo
El factor religioso en la
política argentina
A partir del protagonismo de Joaqu? Pi? y el
"Efecto Misiones", su repique en Formosa, Entre R?s, Jujuy y La
Rioja, la actividad ecum?ica del rabino Bergman y la opinión de
Monseñor Bergoglio.
Por Ra? Scialabba
|
La
incorporaci? reciente a las paginas políticas de los nombres de
arzobispos, rabinos, sacerdotes y pastores como actores importantes,
muestran a las claras un hecho novedoso en la Argentina actual.
Si
bien está claro que no le corresponde a las iglesias y confesiones
religiosas como instituciones convertirse en agentes políticos, si en
cambio sus l?eres parecen haber perdido el miedo de expresarse ante
decisiones políticas o legislativas que contradicen valores o principios
comunes.
Muy
significativo también, es que legisladores, funcionarios y ciudadanos de
distintas extracciones políticas vengan dando testimonios conjuntos a
partir de la fe religiosa que cada uno
profesa,
y dejando se?les claras al resaltar aquellas cosas que los unen y no las
que los separan con el fin de trabajar por una sociedad lo mas justa
posible.
Lo
que sus plataformas o prácticas partidarias les impide hacerlo, sus
principios religiosos en cambio, les ayudan a consensuar.
Bienvenido
el derecho de los políticos que practiquen su fe a diario y de religiosos
que quieran tomar parte de una manera mas activa en la vida de la
sociedad, cada uno respetando las competencias del otro.
Ser?
adem?, un gran aporte al país para que se evite que la religi? se
privatice, o quede limitada al recinto del culto o de la conciencia de
cada uno.
|

Cuando
los principios religiosos son llevados a diario a la vida cotidiana, -y
este es un reclamo genuino- los ciudadanos cualquiera sea su ámbito de
actuación consiguen subordinar intereses materiales o ideol?icos
contrapuestos, evitar posiciones extremas o fundamentalistas y dar un
marco adecuado para la generación de nuevos indicadores únicos.
La
sociedad argentina, caracterizada por el pluralismo, debe fomentar en
formas m?tiples su interés por la presencia activa de políticos y
ciudadanos, que militen a favor del sentido de la libertad, de la
solidaridad y que alienten a trabajar por una sociedad más justa en
todas sus formas.
Poco
importa si estos gestos de convivencia y sociabilidad política son el
resultado de un resurgir de la espiritualidad aplicada o una
consecuencia casi final de la decadencia de los resultados de la vieja
política.
Ser?
mejor animar este incipiente y alentador nuevo camino, antes
que Dios y la Patria nos lo demanden.


Dr. Ra? Scialabba
Presidente de CALIR
|