Si hace algunos meses hubi?amos escrito una novela, en la cual present?amos como v?ida una hip?esis de conflicto entre Argentina y Uruguay, hubiera sido descartada por cualquier editor por considerarla extravagante.
Resulta rid?ulo pensar que por la instalaci? de dos plantas procesadoras de celulosa para fabricar papel en la rivera oriental del r? Uruguay, un pueblo desconozca lazos hist?icos y culturales, sospeche de movimientos de tropas en una margen, y en la otra vean recelosos un probable crecimiento econ?ico.
La situaci? observada por los rioplatenses es el resultado de la acostumbrada acci? tard? de nuestra Canciller? durante los ?timos a?s.
Es m? que curioso ver el rechazo permanente de la dirigencia de los pa?es que, hasta hace poco, eran amigos incondicionales de la Argentina. Tanto la ciudadan? italiana como su gobierno llegaron a maldecirnos por la actitud necia en el manejo de la deuda p?lica emitida en el exterior; lo mismo ocurri?con Jap?, Alemania, Francia y otros pa?es que nos ubican en su lista de indeseables, s?o por una tosca posici? pol?ica y la desatenci? diplom?ica.
Parad?icamente, dado el origen de la provincia petrolera y gas?era del presidente y su equipo, por cuestiones derivadas del d?icit energ?ico, llegamos a ver como ocurri?algo parecido con Chile, llevando las tensiones, a provocar conflictos por nuestro incumplimiento en los convenios de abastecimiento; lo que result?en nuestra sustituci? como proveedores de energ?.
?/B>ste da? colateral producido por la inexplicable crisis energ?ica, ocurri?por la manera de abordar esta cuesti? y la particular forma de explicarlo a destiempo.
Hasta nos peleamos con el Vaticano... Resulta que un ministro y un obispo castrense se enfrentaron verbalmente y nuestra Canciller? lleg?tarde para mitigar los efectos. Incluso ante la muerte de Juan Pablo II, no se recomend?al presidente a asistir a sus exequias, ya que, seg? indic?nuestro embajador ante la Santa Sede, "no pasa nada si Kirchner no va, porque el Papa no va a saber quien falt?. Otra vez Canciller? no actu? pero afortunadamente el Vaticano entendi?que se trataba de la desprolijidad de un funcionario.

Es mejor entender que las faltas del presidente al protocolo y sus impuntualidades, responden exclusivamente a su conducta o a la desatenci? de funcionarios calificados en el tema. Esto se refleja claramente ante el trato con presidentes, majestades y altezas reales, donde es notoria esa ausencia.
La impuntualidad m? fastidiosa de nuestra Canciller?, pero que inconcebiblemente no tuvo tanto eco en los medios de comunicaci? se vio cuando la Comunidad Europea redact?su constituci?. Inglaterra, pa? con el cual hab?mos recuperado razonablemente las relaciones, incluy?sus territorios de ultramar como parte de la constituida Europa; por lo cual, en vez de negociar la tan perseguida soberan? sobre los territorios insulares ocupados, con Inglaterra; a partir de entonces deber?mos entrar en discusi? con el conjunto de los pa?es que la conforman.
Si devanamos m? minuciosamente la gesti? de la cartera diplom?ica vamos a encontrar una gran cantidad de casos en los que nuestra Canciller? lleg?tarde...
Ante esto, nuestro presidente encontr?una soluci?: Proponer al Canciller Bielsa a la cabeza de la lista de diputados por la Ciudad de Buenos Aires y, cuando ?te asuma, en su lugar llegar? el "fugaz" ex vicepresidente de la Naci?, Carlos "Chacho" ?varez.
Desde aquel movimiento que versaba "?Que se vayan todos!", pareciera que s?o forman parte del gobierno los que fallaron porque no quisieron, no pudieron o no supieron hacer las cosas cuando les toc?la oportunidad.
Canciller?, nuestra diplomacia y las relaciones exteriores merecen algo mejor.

Gustavo P. Forgione
gustavo@forgione.com.ar
Vicepresidente II - Partido Federal
Capital Federal