No es la intenci? de este documento ser alarmista o
exacerbar el ambiente de dolor e inseguridad que ya está instalado en
nuestra sociedad.
En
realidad, tampoco se trata de una cr?ica sino más bien de un aporte
reflexivo, a partir de un hecho que nos conmovi?a todos y enlut?a la Nación. Veo como una obligación social intentar sacar provecho año de las
situaciones más dramágicas, porque de otra forma estaremos condenados a
repetirlas, tal vez no en casos similares, pero seguramente si en otros
contextos.
Por lo que todos hemos podido conocer después de
ese desastre, anuncios o anticipos de lo que sucedi?se habían producido
por lo menos en dos oportunidades anteriores, y si se les hubiera prestado
la adecuada atención, es probable que la tragedia se hubiese evitado, o
por lo menos se habrán salvado algunas vidas. Dos lecciones fundamentales
extraigo de esta situación: a) debemos aprender a ?interpretar? las
se?les tempranas y estudiar con detenimiento los acontecimientos para
evitar que sucedan desastres mayores; y b) el hecho
de que ignoremos un dato de la realidad, no evita
los accidentes posteriores.
En el caso
de la situación energética y más especúnicamente con
relación al abastecimiento de gas y a la generación
eléctrica, me resulta muy interesante establecer un paralelismo entre lo
que sucedi?en el predio del barrio de Once y los
eventos y circunstancias que se han venido repitiendo en el mercado
doméstico de Energía, para imaginar lo que podría suceder.
Descartamos
en este artículo cualquier actitud o característica dolosa o culposa que
pudiera haber movido a los personajes con relación a los acontecimientos
pasados o futuros del caso Cromagnon, en primer lugar porque no nos
corresponde a nosotros sino a la justicia expedirse sobre este tema y en
segundo, porque no es el objeto de este documento y en todo caso no vemos cómo su tratamiento podría dejarnos algún ejemplo aleccionador.
Intentaremos extraer alguna moraleja a partir de las
similitudes f?ticas o potenciales y de las reacciones que se adoptaron
para evitar caer en errores similares.
Similitud Número 1: La sociedad en su conjunto y en
particular el público que frecuentaba estos espectáculos (los clientes),
no estaban adecuadamente informados sobre las irregularidades existentes
en torno a las instalaciones de República Cromagnon.
Paralelismo: En lo que se refiere al sector energético,
si bien mucho se ha hablado de lo precario de la situación que enfrenta
una infraestructura que no es la más adecuada a las circunstancias
actuales (ha quedado subdimensionada), no todo el mundo entiende
claramente la gravedad del problema y en algunos casos año entendió dola
?probablemente no en toda su magnitud?, prefieren ignorarla.
Similitud Número 2: Previamente ya había habido algunos
eventos que anunciaban los peligros que se corr?n, tal es el caso de un
principio de incendio en ese mismo local y además era notorio y conocido
el uso de fuegos artificiales y artículos pirotécnicos en otros recitales.
Pero como sólo habían sido incidentes y no se había producido ning?
accidente ?grave?, fueron ignorados.
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Paralelismo: En nuestro caso, sólo por nombrar uno, el año pasado nos
enfrentamos a m?tiples inconvenientes de abastecimiento
(de gas y de generación) que como fueron ?de alguna manera? resueltos,
aunque fuera de una forma provisoria y no del todo adecuada, la primera
conclusión fue que ?no hubo crisis aunque algunos la hubiesen
preanunciado? (sic). Y la segunda, que ?tampoco la habrá en el futuro? (también sic).
Similitud Número 3: Frente a un espectáculo que parec?
garantizar el éxito, los empresarios intentaron convocar a la mayor
cantidad de gente, y admitieron a más público del que físicamente
permit?n las instalaciones.
Paralelismo: En un entorno de cierta
reactivaci? económica y algún incremento en la actividad, la demanda de
Energía aumentó ?y contiNº aumentando?, y obviamente, Está en el
interés general y se interpreta como un acto de justicia que todos
tengan igual derecho a la satisfAcción de sus requerimientos y
necesidades, sin tener en cuenta las limitaciones materiales del
sistema. No me refiero a que algunos deban renunciar a sus derechos,
sino que la realidad es que ?el recurso existente hoy,
no
alcanza para todos?.
Similitud Número 4:
Una vez sucedido el accidente, la
desesperaci? y la reacción descontrolada del público inexperto y no
entrenado (los clientes) cobr?v?timas adicionales que se podrían haber
evitado en caso de que hubieran existido planes adecuados para un caso
de crisis como ese.
Similitud Número 5:
La ingenuidad o imprevisión de
muchos actores potenci?la cat?trofe.
En s?tesis, el voluntarismo, la imprevisión y algunos
errores humanos cobraron 193 v?timas e instalaron una vez más la
sensación de inseguridad en la sociedad argentina. No debemos cometer
errores parecidos incluso en otros campos de la actividad como es el
sector energético. Se necesita prudencia pero también Resolución, y
entonces, es posible que el próximo invierno (o el siguiente, o el que
sigue) no tengamos que lamentar v?timas económicas en aras de una
injustificable teoría de la imprevisión.
Similitud Número 6:
Sucedido el desastre, nuestra
actitud pendular nos condujo a tener todos los locales de esa especie (y
algunos otros por las dudas) cerrados por más de un mes, sumado a una
caza de brujas en varios niveles de nuestra sociedad.
Esperemos que la temida crisis
energética no suceda gracias a la conjunta y adecuada acción de los
agentes responsables, pero si sucede, también serán bueno que aprendamos
para por lo menos no caer en estos errores.

Ing. Eduardo J. Fernández
* El ingeniero Fernández es consultor
y tiene una reconocida trayectoria
en el sector energético.
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