No se ha mejorado la representatividad
En
efecto, permitirle a los ciudadanos no afiliados a ning? partido pol?ico
la posibilidad de participar en elecciones primarias, o dicho de otra
manera, de concurrir junto a los afiliados a esas agrupaciones a elegir al
mejor candidato de cara a una elecci? nacional, no resuelve por si solo
otras cuestiones que se encuentran en la base del problema, como es la
cuesti? de la representatividad. Los defensores de la ley dir? que a
partir de ahora el ciudadano com? podr?incidir en la vida de los
partidos yendo a votar en elecciones abiertas y simultaneas a los
candidatos de ?tos. Pero el nuevo sistema, adem? de costoso (imag?ense
esto multiplicado por 24 jurisdicciones, m? la elecci? general, m?
el ballotage llegado el caso) no resuelve, por ejemplo, el tema de las
listas cerradas y bloqueadas (s?ana). Cuando se trate de los candidatos
a Presidente y vice, est?claro que no habr?mayor problema, tampoco en
los distritos con baja representaci?.
?Pero
en que variar?la situaci? de la Provincia de Buenos Aires y de la
Capital Federal con la nueva ley ?. Pensemos en una elecci? abierta para
elegir diputados nacionales. Hay 70 en la provincia de Buenos Aires y 25
en la Capital, que se renuevan por mitades; es decir, que el ciudadano
tendr?que seguir optando por listas s?ana de 35 y 12 o 13 candidatos
respectivamente, pero ahora, en elecciones abiertas y simultaneas.
Conseguir?el ciudadano discernir por obra y gracia de esta nueva ley, lo
que en una elecci? abierta no ha podido hacer durante a?s? Podr?
conocer al menos a los primeros cinco candidatos de cada lista?
Perjuicio para las nuevas ofertas pol?icas
En
el fondo, esta ley lejos de favorecer la aparici? de nuevas propuestas,
las inhibe. Veamos por qu? Los partidos mayoritarios seguramente
presentar? una oferta multitarget para la elecci? abierta que pueda
concentrar la atenci? de la mayor cantidad de potenciales votantes
(recordemos que la elecci? es optativa). Para poner un ejemplo concreto,
el Partido Justicialista ofrecer?todo el arco ideol?ico, desde
Kirschner a Menem,
pasando por Rodr?uez Saa, Reutemann o De la Sota.
A nadie se le escapa que entre ?tos puede estar el pr?imo presidente de
los argentinos. Por ende, los aportes econ?icos a las respectivas campa?s
y la atenci? de la gente y de los medios de comunicaci?, se volcar?
indefectiblemente hacia ellos en desmedro de otras propuestas,
tal vez menos populares, pero m? originales o renovadoras que
obligatoriamente deber? efectuar elecci? ese d?. Como el ciudadano s?o
puede votar en una sola interna abierta, estar?frente a un dilema:
aportar su voto a quien puede ser el pr?imo presidente de la Naci? o
expresar su voluntad, casi testimonial, en un candidato menor. Estas
candidaturas tendr? su propio p?lico, s? pero la elecci? abierta
operar?como una suerte de elecci? general anticipada, donde quedar?
al desnudo las chances electorales de cada uno. Esto a su vez, operar?
como un condicionante de las campa?s futuras en donde sin temor a
equivocarnos podemos decir, utilizando la jerga futbolera, que los
partidos saldr? a la cancha con el resultado puesto en el vestuario.
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Un
problema adicional es que el sistema previsto no es tan amplio como parece
si no que es bastante limitante del men?electoral, porque al emitir el
voto en la interna abierta de un partido (se colocar?un sello en el DNI)
ya no se podr?votar en ninguna otra ese mismo turno, aunque uno quiera
hacerlo por otra categor? de candidatos. Siguiendo el ejemplo, al votar
por la f?mula presidencial del PJ, ya no se podr?votar para definir
los candidatos a senadores o diputados nacionales de la Alianza o el ARI.
Esto conspira contra la pretendida participaci?.
El caso de la lista ?ica
La
prueba m? cabal de que esta ley es s?o un maquillaje para que los
partidos mayoritarios sigan concentrando el poder, es el hecho de que no
se incluy?img border="0" src="images/Votando04.jpg" align="right" width="181" height="114" hspace="6" vspace="4" alt="? Lista s?ana a la urna !"> expresamente en el texto sancionado la eximici? de la
obligaci? de realizar internas abiertas obligatorias para aquellas
agrupaciones que consagren una lista ?ica de candidatos. Es deseable que
la reglamentaci? recoja este planteo que en la C?ara de Diputados se
plante?mediante un proyecto de resoluci?, que no obliga al Poder
Ejecutivo. ?Por qu?la ley tiene que castigar al partido homog?eo o al
que ha sabido resolver por medios menos conflictivos y costosos (la
interna abierta y simult?ea se costea con fondos p?licos) sus
diferencias internas oblig?dolo a desarrollar todo un proceso que
resulta innecesario? ?Por qu?habr? de interesarle a la gente ir a
refrendar una lista ?ica ? Acaso este deseo de la mayor? del PJ ser?
para que ante la falta de incentivo de una lucha interna en los partidos
chicos, la gente se vuelque masivamente a votar a favor de alguno de los
muchos candidatos en los partidos mayoritarios ? No lo sabemos, lo que si
queda claro es que el sistema de partidos ya no aguanta estas
especulaciones.
Distrito ?ico y candidaturas
independientes
M?
all?de la participaci? que el ciudadano quiere tener en la definici?
de las candidaturas partidarias mas importantes, el verdadero cambio
cualitativo en la representatividad de los dirigentes se dar?el d? que
se modifique la elecci? por distrito ?ico aplicando un sistema mixto
que incorpore la elecci? por distritos plurinominales (para preservar a
las minor?s), se termine con el monopolio de las candidaturas en manos
de los partidos permitiendo las candidaturas independientes y porque no
(so?r no cuesta nada) se incorpore el voto electr?ico o mec?ico
(menos costoso), que permitir? una mejor selecci? y en un solo acto
electoral. El Congreso prefiri?no dar ese paso trascendental y consagr?
en cambio una reforma a mitad de camino que acentuar?la concentraci?
del poder pol?ico en unos pocos.
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Dr.
Mart? Borrelli
borrelli@federal.org.ar
Presidente del Partido
Federal
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