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La Hoja Federal

Bandera Argentina


A? 4 - N?ero 65

Rep?lica Argentina, 27 de Junio de 2002
?gano de Prensa del
Partido Federal

Av.de Mayo 962 piso 1?
C1083AAR - Buenos Aires


Sumario:
Democracia sin saldo
- Por Bernardo P. Carlino
Fernando Bela?de Terry (1912-2002) - Homenaje a un Gran Amigo de la Argentina
Propuesta del Interbloque Federal de Diputados y Senadores Nacionales al Presidente Duhalde:
    - No alcanza solamente con acordar con el F.M.I.


Democracia sin saldo
Por Bernardo P. Carlino

En una entrega del a? pasado opin?que “El riesgo pa? est?en la dirigencia”. Sigo sosteniendo lo mismo, no m? ha cambiado el indicador: su ineptitud se mide ahora por el precio del d?ar.
S
i se elaborara un ?dice calamidad/unidad de tiempo, que cuantificara el grado de desastre que la misma le propina al pa? por mes, por ejemplo, la actitud de la mayor? parlamentaria El actual presidente... que acompa? la gesti? titubeante del Dr. Duhalde superar?n varias veces a la irresoluta administraci? de De la R?. S?o la historia permitir?poner en perspectiva el enorme costo econ?ico y social infringido por el default, una devaluaci? sin planes y la in?ita, ins?ita, delet?ea y jam? vista mundialmente, pesificaci? asim?rica.
P
or si no bastare, el Congreso de la Naci? acaba de tirar a la basura el contundente mensaje popular de fastidio, al sancionar una reforma pol?ica que deja todo como est? Al respecto, el diario La Naci? (25/06/02) se expidi?editorialmente calific?dola de gatopardismo, en total afinidad con mi anterior “Su majetad Il Gatopardo”.
L
os medios de comunicaci? mercenarios ya han empezado la tarea de yunque, fragua y cincel de la opini? p?lica, proclamando a los cuatro vientos que empieza la oportunidad hist?ica para la refundaci? del pa?, compitiendo en el rating de entrevistados presidenciables y montando con regocijo el show obsceno de sus vidas semi privadas.
C
omo si el duro fracaso que pag?la sociedad por consagrar en las urnas gracias a esas manipulaciones, a militares genocidas, cantantes, mozos, proxenetas, traficantes diversos, socios de Al?Bab? califas, despachantes de combustible, y caudillos presuntamente reencarnados, casi todos con m? desparpajo que experiencia, estuviera ya olvidado, exhiben –por ahora- a capoc?icos y curas deprimidos. Si el Seleccionado Nacional hubiera ganado el Mundial, asistir?mos ya a la instalaci? medi?ica de varios candidatos m?.

A la exagerada demanda colectiva: que se vayan todos y que vengan menos, la dirigencia contest?con la extrema: nos quedamos la mitad y los que vengan, llegar? como siempre: por partidos y listas s?ana.
?Cu? ser?el discurso de los futuros candidatos ? Si responden racionalmente a la voz popular, no podr? ser sostenidos por los partidos mayoritarios tradicionales, que siempre proclamaron e hicieron lo contrario y aunque lo juraran ahora, no les creer?n los votantes. Si sostienen algo distinto, o se diluyen en la promesa vaga, al menos en teor? no ser? votados mayoritariamente.
Charlas de comit? width=M?: si no provienen de los aparatos partidarios fuertes, no parecen tener chances, cualquiera sea el contenido de la propuesta.
P
ara cuando el ciclo “democr?ico” termine y la sociedad compruebe que ha obtenido algo m? de lo mismo, sumado a la mitad de lo mismo que se qued?/i>, es de esperar que habr?aprendido lo in?il del cacerolazo, el piquete, el corte de rutas y otras formas de protesta, y opte por dise?r alternativas m? contundentes.
Entonces, la democracia se quedar?sin saldo.

Dr. Bernardo P. Carlino

 


Dr. Bernardo P. Carlino
bernardo@carlinopuig.com.ar
Vicepresidente del Partido Federal


Fernando Bela?de Terry
Homenaje a un Gran Amigo de la Argentina
Por Mart? Borrelli
El fallecimiento del ex presidente de la rep?lica hermana del Per?no puede pasar inadvertido para los argentinos. A 20 a?s de la gesta de Malvinas tenemos el deber de recordar la colaboraci? que durante su segunda presidencia brind?a nuestro pa? en aquellos dram?icos d?s.
En materia diplom?ica, fue el art?ice del plan de paz de siete puntos que buscaba evitar el conflicto armado y desmilitarizar las islas, pero sin reintegrarle la administraci? a los ingleses. Lo hab? negociado telef?icamente con el Secretario Haig, el Presidente Galtieri y el canciller Costa M?dez en la madrugada del 2 de mayo. Estados Unidos aprobaba el plan, pero como era inaceptable para Thatcher porque ya hab? lanzado la task force hacia el Atl?tico sur, Inglaterra forz?la escalada b?ica hundiendo arteramente el Crucero General Belgrano fuera de la zona de exclusi?. Ya no hab? lugar para la paz. A partir de all? Bela?de no dud?en volcarse decididamente en favor de la Argentina. Si bien todos los pa?es latinoamericanos acompa?ron nuestros reclamos de soberan? en las votaciones de la ONU y de la OEA, Per?bajo su mando fue el pa? que m? se comprometi?con nuestra causa. Suministr?pertrechos militares (repuestos y municiones) y ayuda humanitaria. Nadie mejor para rendir tan merecido homenaje que otro ilustre peruano: Mario Vargas Llosa. De su “Epitafio para un caballero” publicado en el Diario El Pa? de Espa? y en La Naci?, extractamos lo siguiente:
"FERNANDO BELA?DE TERRY (1912-2002), que fue presidente del Per?en dos ocasiones (1963-1968 y 1980-1985), pertenec? a una dinast? de pol?icos latinoamericanos que, aunque minoritaria, espor?ica y ensombrecida por la abrumadora presencia de los caudillos autoritarios y los jerarcas demagogos y ladrones, existi? siempre como alternativa a la ominosa tradici? de los reg?enes dictatoriales y los mandatarios irresponsables y corruptos: la de civiles idealistas y patriotas, genuinamente democr?icos, honestos a carta cabal y convencidos de que con buenas ideas y la palabra persuasiva un gobernante pod? resolver todos los problemas y traer prosperidad y progreso a su pa?.
Entr?en la pol?ica profesional a mediados de los a?s 50, a finales de la dictadura de Manuel Odr?. Fue profesor de arquitectura, conoc? el Per?con una pasi? de enamorado y fue liberal de manera cabal y extraordinaria en lo que el liberalismo tiene de adhesi? a la democracia pol?ica, de tolerancia con la cr?ica, de respeto al adversario y de amor a la libertad.
El Presidente del Per?Durante su primer gobierno, cuando ? y su partido, Acci? Popular, encarnaban una fuerza genuinamente progresista, que hab? roto el monopolio del aprismo como fuerza pol?ica con arraigo popular, su programa de reformas hubiera sacado al Per?de las cavernas. Pero sus adversarios pol?icos, el APRA y el odriismo, aliados, que dominaban el Congreso, sabotearon todas estas iniciativas e hicieron una oposici? cainita y suicida cuya secuela fue, naturalmente, un golpe militar.

Don Fernando Belaunde Terry

Un sector muy amplio de la opini? p?lica y buena parte de sus colaboradores m? cercanos lo exhortaron a cerrar el Parlamento para hacer posibles las indispensables reformas. Bela?de resisti?todas las presiones, alegando que el respeto de las formas -de las leyes- era la esencia misma de la democracia, para ? algo inseparable de la civilizaci?. En 1968, con el asalto al poder de la camarilla militar presidida por el general Juan Velasco Alvarado, Per?entr?en un proceso de nacionalizaciones y degeneraci? institucional que lo empobrecieron, enconaron y atrasaron de una manera tan profunda, que hasta ahora ning? gobierno ha conseguido revertirlo. Durante sus a?s de exilio, pas? gan?dose la vida como profesor universitario en los Estados Unidos.
C
uando despu? de doce a?s de dictadura militar los peruanos, en 1980, pudieron votar de nuevo, volvieron a llevar a la presidencia a Bela?de Terry. Decir de ? que no rob?nunca, a pesar de haber estado cerca de diez a?s en el poder es decir mucho, en un pa? donde en los ?timos veinte a?s el saqueo de la riqueza nacional y la cleptocracia gubernamental han sido pr?ticas generalizadas, pero es todav? decir muy poco de las cualidades morales que lo adornaron, porque ser honrado era para Bela?de Terry algo tan espont?eo y natural como ser dem?rata, antiautoritario y amante de la libertad. Durante los diez a?s de oprobio de Fujimori y Vladimiro Montesinos, la conducta de Bela?de Terry fue ejemplar y, en alg? momento, solitaria. Jam? hizo la menor concesi?, ni en una sola oportunidad dej?de mostrar su rechazo y condena de un r?imen al que millones de sus compatriotas, por unos supuestos logros econ?icos (que luego resultaron puro espejismo), perdonaban los cr?enes, los fraudes electorales y el pillaje m? fren?ico. En esos a?s Bela?de nunca dej?de recordar aquella norma con la que fue consecuente a lo largo de toda su trayectoria c?ica: en ning? caso, por ninguna raz?, es aceptable la destrucci? del orden constitucional, porque no hay progreso ni desarrollo reales cuando un poder arbitrario reemplaza la legalidad y la libertad.
S
u desaparici? ha provocado una extraordinaria manifestaci? de pesar y de cari? en el Per? una de las m? multitudinarias y genuinas que hayan tenido lugar en muchas d?adas. Es algo muy merecido, desde luego. Mucho me temo que lo que hemos despedido con ? los peruanos en estos d?s melanc?icos no vuelva a comparecer ya en nuestra vida pol?ica, la que, como en el resto del mundo, ser?cada vez m? en el futuro un quehacer de gentes terriblemente pragm?icas y fr?s, calculadoras y de escasos escr?ulos, donde no habr?ya sitio para esos otros anacronismos que ? tambi? encarn? la caballerosidad, las buenas maneras, el idealismo, el patriotismo, la elegancia.Dr. Mart? Borrelli


Dr. Mart? Borrelli
borrelli@federal.org.ar

Presidente del Partido Federal


Propuesta del Interbloque Federal de Diputados y Senadores Nacionales al Presidente Duhalde
No alcanza solamente con acordar con el F.M.I.
Preocupados por la intensa crisis que vivimos e inquietos por lo que puede ser su evoluci? venidera, aportamos algunas idas y sugerencias que, entendemos, configuran un programa coherente destinado a afrontar la cr?ica situaci? econ?ica y social.

1. Tipo de cambio:  Nuestro sector se opuso con firmeza a la devaluaci?, que implic?un salto al vac?.  Sab?mos todos los perjuicios que se derivar?n de ella, con m?imos beneficios para algunos sectores.
A
nte los hechos consumados debemos pensar hacia delante. Sabemos que el FMI alienta la flotaci? libre del tipo de cambio. Es la realidad de much?imas naciones con econom?s que crecen o que eventualmente afrontan crisis circunstanciales.
L
a realidad argentina es otra, y esto debe hac?selo saber a los t?nicos del FMI. Por lo menos desde la crisis de 1975 nuestros compatriotas buscaron refugio en el d?ar como instrumento de ahorro y forma de pactar los contratos de alguna importancia. Cincuenta a?s de inflaci? crearon dicha cultura. Inclusive los once a?s de estabilidad no lograron disipar esa actitud. M?ime ahora, despu? de lo ocurrido y sin que funcione el sistema financiero.
P
roponemos anclar el tipo de cambio. Volver a un sistema de cambio fijo que, entre otras posibilidades, podr? vincularse a una canasta de monedas, especialmente aquellas propias de los pa?es con los que mantenemos el grueso de nuestras exportaciones e importaciones.
E
n estos d?s hemos le?o opiniones de respetables economistas argentinos quienes, pese a tener una visi? com? en materia econ?ica con lo que se practica en la mayor parte de los pa?es del mundo, sostienen el mismo criterio que nosotros, respecto de la pol?ica monetaria para nuestro pa?.
R
eiteramos que es imprescindible hacer comprender a las autoridades del FMI y dem? organismos multilaterales de cr?ito, cu? es nuestra realidad hist?ica y presente.  Tenemos diferencias culturales en los comportamientos monetarios, propios del pa? que soport?la m? prolongada inflaci? del siglo veinte.
2.
Presupuesto de gastos nacional: Sostuvimos que, seg? nuestras cuentas, el d?icit del ejercicio se aproximar? a los 10.000 millones.  La ca?a de la recaudaci?, el recalculo del servicio con los organismos multilaterales en funci? de la paridad real, gastos no contemplados, etc., llevaban a esa magnitud.
S
i el FMI facilitara postergar el pago de los vencimientos de la deuda con los organismos multilaterales del ejercicio tendr?mos un relativo alivio.  A ello se debe a?dir restricciones al gasto y obtenci? de financiamiento genuino, a fin de equilibrar las cuentas.
S
i no se lo alcanza el ?ico financiamiento ser? la emisi? monetaria.  Sus efectos son conocidos por todos. Inflaci? y luego hiperinflaci?.  Las consecuencias sociales, econ?icas y pol?icas de esta perspectiva son inimaginables.
3
. Presupuestos provinciales:  Debe cumplirse estrictamente el programa acordado con las provincias, sin desv?s que al complicar el financiamiento nos aproximar?n al problema indicado en el p?rafo anterior.
4
. Sistema financiero:
a
) Salir del encierro del sistema financiero. Est?rota la cadena de pagos, volver en lo inmediato al r?imen del Decreto 1570/01, sin el temor de que la mayor disponibilidad pueda afectar al d?ar, particularmente si se toma la decisi? de anclar el cambio. Si algunos bancos estatales quedasen descalzados respecto de otros habr? que buscar r?idos mecanismos de compensaci?.
b
) Estructurar las bases del futuro del sistema. Quebrada la confianza del p?lico ser?trabajoso. Si se decide lo sugerido en el punto anterior, esta confianza comenzar?a recuperarse. Moment?eamente puede pesarse en diferenciar entre funciones de banca de pagos y banca de ahorros, como medio para empezar a restablecer el cr?ito.
5
. Ley de Quiebras:  En el debate en el Congreso nos opusimos en?gicamente a las reformas recientemente introducidas. Es un principio elemental que no hay transacciones, contratos ni cr?itos, si se desprotege jur?icamente al acreedor. Esto, en definitiva, afecta al m? d?il por no poder adquirir bienes, realizar locaciones, obtener cr?ito, y naturalmente, afecta tambi? a la econom? general.
D
ebe volverse a los principios generales que informan la legislaci? concursal de nuestro pa?.
6
. Deuda p?lica: Recomponer con urgencia el tema de la deuda p?lica. No podemos quedar fuera del mundo no s?o por razones morales sino tambi? por demandas pr?ticas. La necesidad de adquirir bienes finales e insumos imprescindibles para vivir y seguir produciendo. Negociar su reprogramaci?, mejorando la situaci? acordada con los tomadores internos y efectivizarla en iguales condiciones con los externos.
R
eclamar
 que se facilite su pago mediante la disminuci? de aranceles y subsidios externos que dificultan la colocaci? de nuestra producci? agropecuaria.

7. Urgencias Sociales:  Si se concretase la negociaci? con el FMI, se podr? obtener financiamiento de Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo para atender las urgencias sociales, agravadas por cuatro a?s de recesi? y luego de la devaluaci?.
E
ste financiamiento especial facilitar? la liberaci? de recursos que hoy deben ser afectados dentro del presupuesto nacional.
E
s imprescindible que la asignaci? de los beneficios se realice asegurando su plena transparencia.
8. Reforma impositiva: La causa primera de la crisis debe buscarse en los recurrentes d?icit fiscales, que forzaron el endeudamiento y tuvieron su colapso en la crisis financiera de 2001. Se debe instrumentar un nuevo sistema impositivo que evite la alta evasi? y elusi?. N?ese que si ?ta no hubiese tenido tanta magnitud, no deber?mos haber afrontado la penurias fiscales vividas.
U
n nuevo sistema fiscal (es un cap?ulo ya que el otro es la relaci? Naci? - provincias, que abordaremos luego) implica, como concepto, asociar el inter? del Fisco con el del contribuyente, para disminuir la evasi?. Sugerimos vincular directamente Ganancias con IVA, con fuertes desgravaciones e el primero sobre la base de compras en blanco con IVA, como existe en otros pa?es.
S
abemos que es riesgoso introducir reformas de importancia en tiempo de crisis. Creemos que esto se debe analizar y sancionar durante el ejercicio 2002 para aplicarse a partir de 2003.
9
. Nueva relaci? impositiva Naci?-Provincias:  Promover el establecimiento de un r?imen de coparticipaci? federal transparente, justo y equitativo y eliminando desequilibrios regionales, estimulando el crecimiento sin desigualdades.
R
eafirmamos el principio (que est? en las fuentes de nuestro sistema constitucional) que quien tiene el derecho de gastar debe tener tambi? la obligaci? de recaudar.
P
or ello sugerimos la posibilidad de analizar un r?imen en el cual se acuerde los impuestos que cobrar? la Naci? y los que recaudaran las provincias. Es posible que la acci? cobre y guarde para si el IVA (con tasa reducida), asignando a las provincias derechos similares sobre el mismo hecho imponible. Ganancias igual conservando, por ejemplo, la Naci? la recaudaci? sobre personas jur?icas y las provincias recaudando a las personas f?icas. Debe crearse, adem? un Fondo de Asistencia  para las provincias con menos capacidad de recaudaci?, al que aporte las de mayor desarrollo y del que perciban las de menor capacidad recaudatoria con garant?s concretas y efectivas de cumplimiento.
E
l nuevo sistema, que debe analizarse con detenimiento, debe asegurar que cada provincia perciba m? de lo que recibe hoy por coparticipaci?, merced a su esfuerzo para evitar la evasi? en su jurisdicci?.
10
. Reforma del Estado: Comenzar con la necesaria reforma del Estado reclamada por la sociedad en su conjunto. Reclamamos un Estado eficiente, a nivel nacional, provincial y municipal, transparente y austero que conlleve una dr?tica reducci? del gasto p?lico que permita la desaparici? de los d?icit en los tres niveles de la administraci? para impulsar la actividad privada con la reducci? de los impuestos distorsivos.
11. Proyecto de desarrollo nacional y regional: Propondremos un proyecto de desarrollo que contemple la construcci? de rutas, viviendas y sistemas sanitarios en todo el pa?; obras a encarar con financiamiento genuino y con una visi? integradora en la que se buscar? desarrollar las econom?s regionales por medio de la uni? de los grandes centros consumidores del MERCOSUR, tratando de descongestionar las grandes urbes hacia el interior.

12
. Seguridad jur?ica: Es imprescindible que los actos legislativos, administrativos y jurisdiccionales se encuadren en el pleno respeto a los derechos de las personas en una marco de certeza sobre la seguridad jur?ica.
E
stimamos que estas sugerencias configuran un programa coherente que, puesto en marcha con convicci? y firmeza, permitir?superar la grav?ima crisis que hoy afrontamos.
P
or cierto que no nos cristalizamos en lo que proponemos, sino que pensamos que todo puede enriquecerse.
H
ay que formalizar un “programa sustentable”, como los m? importantes pa?es del mundo nos vienen reclamando.
S
i lo hacemos habr? ayuda internacional,
tan necesaria en estos momentos. Todav? estamos a tiempo. La estructura de producci? y de servicios puede salvarse porque aun se mantiene intacta y est?en condiciones de reactivarse apenas pongamos en marcha medidas coherentes, que sean cumplibles y cre?les.


La Hoja Federal

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