La
persistencia en satisfacer s?o las necesidades inmediatas entorpeci?la
generaci? de riquezas en nuestro pa?.
Durante d?adas, los sucesivos gobiernos,
leg?imos, ileg?imos, electos, no electos y de los otros, intentaron
solventar el bienestar de la poblaci? mediante la toma de cr?ito. La
emisi? de bonos con destino a ser suscriptos por inversores
institucionales externos expandi?la econom? argentina y eso puede
considerarse algo positivo, si fuese permanente. El aumento de la deuda y
los ?dices tomados terminantemente por los fundamentalistas, fueron
ensalzando la tasa de inter? y finalmente los intereses se hicieron
impagables.
La
raz? por la cual la deuda lleg?a ser inconmensurable debiera
atribuirse al destino que se le dio a esos capitales, y no a la deuda
misma. Probablemente, el discurso m? facilista y entendible popularmente
es el de echarle culpas a algunos funcionarios gubernamentales porque
robaron los dineros p?licos o a los altos sueldos de los m? notorios;
pero esos fondos fueron torpemente distribuidos mediante el gasto del
Estado en pro de la satisfacci? directa de las necesidades inmediatas de
la poblaci? y no exclusivamente sustra?os ilegalmente por los famosos
desprolijos.
Si esos
capitales hubieran sido destinados directamente a la producci? de
bienes, no habr? existido entre los estrictos fundamentalistas el tan
famoso ?dice riesgo pa? y el pago de los intereses
de la deuda no ser? un problema.
Para
explicar m? claramente este concepto debemos recordar que el Estado
s?o produce gasto y la riqueza es generada por los
privados; y m? a?, desagregando los sectores econ?icos en
producci?, elaboraci? y servicios, s?o los dos primeros
generan riqueza, ya que ?tos ?timos la distribuyen,
exceptuando ?icamente los derivados del turismo proveniente del
exterior, que se puede considerar una exportaci? en t?minos contables.
En
nuestro pa?, el Estado produce cada vez m? gasto y peor empleado
y la actividad privada que m? invirti?y se desarroll?fue la
que comprende el sector terciario o de servicios. El resultado obvio, fue
una deuda impagable.
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?Qu?
hubiera ocurrido si las fortunas que se pidieron al mercado financiero
hubieran tenido como destino los sectores primario y secundario de la
econom??, estos son la producci? y la elaboraci? de bienes...
Seguramente, el
sector terciario hubiera crecido naturalmente a la luz de los
otros en forma proporcional y leg?ima, incluso el gasto p?lico
hubiera podido ser satisfecho con el ?ico recurso genuino con que cuenta
el estado para hacerlo, los impuestos pagados por los privados
luego de generar riquezas; y m? a?, la deuda p?lica hubiera
sido un n?ero insignificante respecto del Producto Bruto Interno,
luego de un crecimiento acorde a la hipot?ica inversi?.
Claro
est?que la emisi? de deuda por parte del Estado debiera
considerarse un recurso extraordinario; sin embargo, se siguen
proyectando presupuestos nacionales con d?icit previstos, los que deben
ser satisfechos con capitales externos, producto de costosos cr?itos y
d?ivas de los organismos multilaterales como el Fondo Monetario
Internacional, ya que no existe cr?ito interno, m? a? luego de la
incautaci? masiva de los dep?itos.
Obviamente
la pol?ica de gobierno y la pol?ica econ?ica debieran correr juntas
pero est? divorciadas; esto fue notorio cuando el provisorio y fugaz
presidente Rodr?uez S?, anunci?a los gritos que no se pagar? la
deuda externa y la corporaci? pol?ica reunida en Asamblea, aplaudi?
de pi? vociferando hasta perder el decoro.
Luego de algunas semanas y varios presidentes,
la misma corporaci? comenz?a pensar en que, bajando a la realidad,
conven? dejar de lado esa idea, pero fue tarde; la credibilidad en la
econom? argentina ha sido herida y deber?pasar mucho tiempo con
aciertos en esa materia, para recuperarla. Todav? no ha comenzado
a correr ese lapso, porque hasta ahora no existi?ning? acierto...
Gustavo
P. Forgione
gustavo@forgione.com.ar
Vicepresidente II
Partido Federal
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