Los
27 minutos del mensaje presidencial del pasado jueves bien podrían
haberse reducido a tan solo tres palabras: “Sangre, sudor y l?rimas”.
Porque es esto lo que nos espera a los argentinos en los próximos años.
El que diga lo contrario, miente. Y el presidente, como m?ima autoridad
del país, debería haber puesto blanco sobre negro y acometido de una
buena vez, todas las reformas que se deben hacer. Es tan dram?ica la situación del país que De
la Rua tenía la oportunidad histórica de convocar a un
sacrificio final que incluyera una reforma total del estado y del sistema
político, antes de que el cartel The End caiga anticipadamente
sobre este gobierno. Pero
una vez más, como no asumiendo el rol que le corresponde, deposit?toda
la responsabilidad en su Ministro de economía y dejó pasar la
oportunidad histórica surgida del masivo voto en blanco y anulado, de
liderar la reforma de las instituciones para mejorar el gasto y la
eficiencia.
En
un esfuerzo desesperado,
Cavallo,
después de reconocer días atrás que todos sus trucos habían fracasado,
ech?mano de la medicina que menos quer?
tomar y finalmente - aqu?radica su
inteligencia - se
dio cuenta de que debió encarar el canje de los títulos de la deuda
pública, que muchos políticos y economistas ven?n reclam?dole desde
que asumió en marzo.
Algunos - genúnicamente enemigos
del capitalismo - han interpretado esto como un merecido ajuste al sector
financiero. Al fin y al cabo, Patricia Walsh y Luis Zamora ganaron
tres bancas bajo la consigna “que el ajuste lo paguen los ricos”.
Decididamente, muchos piensan así pero no se dan cuenta que esto no es
una victoria: hubiese sido preferible no recurrir a esta solución
porque los inversores internos y externos, sobretodo estos últimos, difícilmente
vuelvan a poner un solo cobre en nuestro país en el futuro. Han
confirmado en sus propios bolsillos que en estas comarcas, la seguridad
jur?ica es un principio desconocido (cosa que los aut?tonos
lamentablemente ya lo sabemos hace rato). Y en esta suerte de penal
sin arquero, bancos y AFJP –los acreedores locales-
debería resignarse a cambiar sus papeles a una tasa sensiblemente
inferior. Finalmente, “cambiar? rentabilidad por seguridad”,
como destacó el asesor estrella, Jacob Frenkel.
?Hab?
otra solución para el problema de la deuda? Creemos que no. Pero las
cosas por su nombre: esto no es un canje voluntario, es compulsivo, y como
tal nos coloca cerca del default porque al no depender de nosotros sino de
la voluntad de ellos, bien puede quedar en la nada, sobretodo en el tramo
externo. Esto es cierto, tanto como que no intentar la renegociación nos
llevaba derecho a la cesación de pagos. Como no queremos ser el Per?de
Alan Garc? o la Rusia de 1998, que llegó a los 6.890 puntos de riesgo
país, no quedaba otro camino. La pregunta que nos hacemos es ? por qué
se dejó llegar la situación hasta estos límites ?
Argentina
es un gran país, pero está llena de argentinos...
después
de la paliza del 14 de octubre, el Presidente demor?15 días en renovar
(?o empeorar?) su gabinete y 20 en anunciar el nuevo plan. Acaso De la
Rua no sab? desde hace meses que el Día después iba a tener que tomar
decisiones de fondo? En el medio, discuti?9 días con los gobernadores
por la coparticipaci? y dejó a todos, propios y extra?s,
insatisfechos. Acaso los gobernadores no saben que tarde o temprano van a
terminar pactando con la Nación porque de lo contrario no llegan a fin de año ? La recaudaci? viene bajando parejo en septiembre y octubre: 10,4
y 11,3% respectivamente. Los depósitos que se fueron del sistema (14.000
millones entre marzo y el 31/10) nunca más volvieron. Las proyecciones de
crecimiento más serias para el 2002 nos situaban en -1,5%. Acaso Cavallo
no sab? desde septiembre que con estos Números el déficit cero será
imposible de cumplir y que la renegociación era necesaria mucho antes ?
Es
muy frustrante reconocerlo, pero pareciera que los argentinos como
sociedad, sólo reaccionamos frente a situaciones límite, que no somos
capaces de conductas más racionales que nos eviten la zozobra y la
angustia. Podremos a partir de ahora, comprometernos a actuar de manera más
civilizada e inteligente ?
Algunas se?les lo ponen en duda.
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Sin margen para el error para
los gobernadores y el Congreso
La última bala en la carabina de De la Rua y Cavallo es la
renegociación de la deuda, la que sólo es posible en el marco de las
facultades delegadas por el Congreso al
Ejecutivo en el mes de marzo. Con esas facultades
se negocia en el plano externo. Sin
embargo, el PJ y el ARI está impulsando
quitarle esas facultades al Ejecutivo y
reasumir el manejo de la deuda. Para qué ? Para estudiarlo en Comisión y
mientras tanto ver al país volar por los aires? Ya
fue aprobado un dictamen en la Comisión de Asuntos Constitucionales –que
como miembro de la misma no firmás para sacarle los poderes al Ejecutivo.
Por su parte, los gobernadores, con
el apoyo del bloque del PJ patrocinan la coparticipaci? del impuesto al
cheque, lo que le quitar? al plan un elemento fundamental como es la
garantía de la recaudaci? nacional para los nuevos títulos que va a
emitir el país al 7% anual. Hasta ahora, dicho impuesto ha sido fundamental
para que la recaudaci? no se derrumbe a niveles nunca vistos. Se animar?
los diputados de la oposición a colgar la cuerda en la casa del ahorcado? Existe
la impresión de que todos descargan su responsabilidad en el Poder
Ejecutivo como si nada tuvieran que ver en esta historia. Pero se equivocan:
hoy es tan responsable un legislador como un gobernador, un dirigente
empresario como un sindicalista.
El resto de las medidas
No se aprecia que muchas de las
medidas pro activas anunciadas vayan a dar los resultados esperados.
Veamos: 1)
Que los
empleados vayan a recuperar un 6% de sus aportes a las AFJP, pero que
paralelamente, una gran cantidad de ellos (los de salarios más altos) se
vea obligado a pagarlo al estado en concepto de impuesto a las ganancias
(por cambio de categoría), suena incoherente y en nada va a contribuir a la
reactivaci?; 2) como la rebaja también alcanza a los aportantes al estado éste resignar?$ 50 millones para la recaudaci? previsional
desfinanciando el sistema; 3) tampoco la rebaja del 3% y del 5% a las
compras efectuadas con tarjeta de d?ito va a impactar en el consumo; es
irrelevante. 4) con $ 30 por hijo y $ 100 para mayores de 75 años, a cambio
del recorte de otros beneficios, no se puede esperar una gran reactivaci?;
5) una inc?nita envuelve al blanqueo de capitales. por qué alguien
repatriar?dinero del exterior cuando en el país hay salida de capitales?.
La reducción del IVA a porcentajes
razonables (entre el 8 y el 11%) , la eliminación del impuesto a los sellos
e ingresos brutos en las provincias y un decidido combate a la evasi? y el
contrabando son algunas de las medidas que todos los argentinos estamos
esperando.
Por lo dem?, el plan de obras públicas ya no suena cre?le ni para el
propio gobierno que lo anunci?y lo suspendi?una decena de veces, y
respecto del plan social no se ha dicho de donde se va a extraer semejante
cantidad de fondos.
Sin liderazgo político no
hay salida
Se
ha repetido hasta el hartazgo pero es verdad: si el Presidente no recupera
el poder político, ning? sacrificio alcanzar? porque la crisis de
confianza nace a partir de las debilidades que el presidente exhibe a cada
paso. Los berrinches de los gobernadores y las bravuconadas de los diputados
de la oposición será n una an?dota si por encima de todo eso se alzara
la figura de un presidente que convocara a la Nación hacia un horizonte de
grandeza. Lamentablemente, cada vez que el presidente utiliza la cadena
oficial es para anunciar ajustes y repartir miserias. así es difícil
imaginar un destino compartido para todos. En este contexto, el papel de la
oposición debe ser el de permitir las condiciones para que los pasos
vacilantes de este plan económico alcancen su objetivo. Nadie puede hacerse
el distra?o. Nadie puede permitirse el lujo de equivocarse en este
partido.

Dr.
Martín Borrelli
Diputado
Nacional
mborrelli@diputados.gov.ar
Presidente del Partido
Federal
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