Entre
finales de 1996 y mediados de 1997, asistimos a la persecuci? pol?ica
y judicial contra el entonces ex Ministro de Econom? Domingo Cavallo,
por parte de la Justicia adicta al gobierno del Presidente Menem. En pocos
meses, cerca de 50 causas en su contra se acumularon en Tribunales.
Por espacio de cinco a?s Cavallo
hab? ejecutado uno de los procesos de reforma econ?ica m?
trascendentes de la historia Argentina. Los Federales de la Capital est?amos
muy identificados con esa gesti?. A pesar de los logros conseguidos
serias interferencias pol?icas provocaron su renuncia al cargo. Algunos
memoriosos recordar? la carta de lectores que me publicara el diario La
Naci? en agosto de ese a? ponder?dolo por su gesti? luego de
la renuncia.
Su alejamiento se produjo en medio
de fuertes denuncias de corrupci? contra c?culos cercanos al gobierno.
Su frase “mafias enquistadas en el poder” se convirti?
en una referencia
ineludible para comprender el modus operandi del Menemismo.
Asimismo, su lucha frontal y valiente contra el empresario Yabr? le vali?
el reconocimiento y el respeto de gran parte de la ciudadan? –sin
distinci? de bander?s- que lo instal?como un referente en la lucha
por la recuperaci? ?ica de la sociedad. Hasta los dirigentes de la
oposici? peregrinaban a su despacho en el Ministerio de Econom? para
interiorizarse de las denuncias.
Con
firmeza, pero acompa?do solo por un pu?do de ex funcionarios que hab?n
pasado por su gesti?, Cavallo se debat? a fines del ?96 sin ning?
tipo de apoyo pol?ico. Fue el Partido Federal del distrito Capital,
al mando en aquel entonces de los Dres. Guillermo Francos y Arturo Bas,
quien primero comprendi?y se comprometi?sin especulaci? de ninguna
naturaleza, con la lucha de Cavallo. Entend?mos que buena parte del
proyecto de una sociedad nueva que anhel?amos construir depend? del
resultado de ese enfrentamiento. Ya en la elecci? del tercer senador por
la Capital, en octubre de 1995 junto al Partido Dem?rata hab?mos
formado la Alianza Autonom? Porte? cuyo slogan era toda una defensa de
la gesti? de Cavallo: “ Por el modelo, sin mafias”.
A medida que los escollos
judiciales fueron cediendo tom?cuerpo el partido pol?ico de Cavallo,
que adopt?un nombre lleno de significado y elocuente de la tarea que hab?
que encarar: Acci? por la Rep?lica. Hab? llegado la hora de recrear
las instituciones.
La claridad de prop?itos, la
firmeza en las posiciones y la calidad de los candidatos, Cavallo y
Francos, hicieron que una parte importante del electorado de la capital
(17%) encontrara en este espacio pol?ico -al que se hab? sumado el
Partido Dem?rata- una referencia v?ida y confiable en las elecciones
legislativas de 1997.
Con el tiempo, llegaron otros desaf?s
pol?icos y electorales. La elecci? presidencial del ’99 nos encontr?
nuevamente al lado de Cavallo y de Acci? por la Rep?lica. Fuimos el ?ico
partido pol?ico nacional que lo acompa? -a? sin candidaturas
expectantes- frente a la indiferencia de algunas fuerzas provinciales que
privilegiaron acuerdos oportunistas con las mayor?s de turno. “Capacidad
y Coraje” anunciaban los afiches del Partido Federal
promocionando la candidatura presidencial de Cavallo.
En esa etapa hubo una importante
colaboraci? de los distritos del interior del pa? del Partido Federal
en la definici? de las alianzas en cada provincia. Su vocaci? y
compromiso permiti?que en muchas provincias Cavallo pudiera llevar
listas gracias a nuestro Partido. El 10% de los votos obtenidos en todo el
pa? auguraban un futuro promisorio como tercera fuerza nacional.
El a? 2000 nos encontr?
nuevamente en campa?, esta vez por la Jefatura de Gobierno de la ciudad
de Buenos Aires. Y si bien en el PF consider?amos que Cavallo deb?
trabajar en la consolidaci? del proyecto nacional y no arriesgarse en
una dif?il elecci? local, cuando se decidi?lo acompa?mos
irrestrictamente. Todav? resuenan en los o?os de la militancia de la
capital los agradecimientos y reconocimientos de Cavallo hacia los
federales vertidos en una concurrida reuni? partidaria en el barrio de
Palermo.
La falta de cumplimiento por parte
de AR de lo acordado con el PF para la integraci? de las listas para la
Legislatura signific? finalmente, una fuerte desilusi? para nuestro
Partido, que no obstante figurar en lugares irrelevantes comprometi?
recursos humanos y materiales propios para hacer un aporte constructivo.
La cosecha de veinte legisladores se desdibuj?r?idamente por la
variedad de grupos all?representados que no comulgaban con un proyecto
com?. Este fue, como en el ’97, un grueso error de estrategia.
No hace falta que rese? los
acontecimientos pol?icos de los ?timos seis meses. S?o dir?que si
hubi?emos sido consultados habr?mos dado nuestro parecer contrario a
que el Dr. Cavallo asumiera como Ministro de Econom?. Son tan largas y
profundas las razones de nuestra parte como los silencios que recibimos
como respuesta.
Su designaci? signific?que yo
asumiera en su reemplazo como Diputado de la Naci? continuando con
orgullo la tradici? que inauguraran Paco Manrique y Ruth Monjardin en el
?87, Andr? Fescina en el ?89 y Guillermo Francos en el ’97. En la
C?ara form?el Bloque Federal y me integr?al Interbloque Acci?
por la Rep?lica en el trabajo parlamentario.
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Desde
mi banca honr?todos los compromisos que signaron la Alianza Acci? por la
Rep?lica en el distrito Capital en el ’97 y me sum?a las iniciativas
emanadas desde el Palacio de Hacienda,
votando todas las leyes que pidi?el Poder Ejecutivo para salir de la
crisis: delegaci? de facultades, ampliaci? de la convertibilidad, d?icit
cero, por citar las m? importantes. Faltar? a la verdad si no dijera que
algunas medidas, en particular el recorte en las jubilaciones y pensiones y
el bloqueo de cualquier acci? de amparo, me resultaron francamente
violentas.
March?amos al compromiso
legislativo de octubre de 2001 en la certeza de que ser? una elecci? dif?il
por la magnitud de la crisis econ?ica y social imperante, pero seguros de
que las ?timas medidas dise?das por el Ministro Cavallo y apoyadas en el
Parlamento eran el principio de la soluci?. Cierta l?ica pol?ica
indicaba que esta elecci? deb? encararse con listas propias de diputados
y senadores y sobre la base del discurso tradicional de nuestro sector m?
un franco apoyo a la gesti? econ?ica.
Ve?mos con buenos ojos las
candidaturas de Adolfo Sturzzeneger para Senador y de Marta Oyhanarte para
diputada. Est?amos trabajando en esa direcci? y manten?mos
conversaciones con el Interventor de AR Capital, el Dr. N?tor Grancelli
Ch?y el Presidente nacional, Dr. Caro Figueroa.
Sin embargo, en un giro inesperado y
sorprendente, el lunes 13 de agosto a las 19:00, a 36 horas del vencimiento
del plazo para la inscripci? de alianzas en la Justicia Electoral, las
autoridades de AR ya citadas, sin consulta previa ni contando con mandato de
sus aliados, es decir del PF y de PD,
avanzaban en un acuerdo con el sector menemista del PJ, conducido por
la interventora designada por Menem, Diputada de la Naci? Ana Mosso. Gracias
a esta alquimia, el nuevo candidato a senador del partido de Cavallo era el
diputado nacional Daniel Scioli, de clara identificaci? con el Menemismo.
Un acuerdo a todas luces incompatible con el discurso fundacional del
espacio que integr?amos con AR.
No fuimos los ?icos que advertimos
el desprop?ito en marcha. Tambi? el Partido Dem?rata acus?el impacto
y en conjunto, resolvimos, no sin dolor en mi caso, apartarnos de la
alianza con AR y tomar distancia de esta estrategia suicida que tira por la
borda todos los esfuerzos realizados hasta la fecha por mantener una
coherencia y una conducta pol?ica.
Pensar? las autoridades de AR
capital acaso, que se puede seguir hablando de transparencia y lucha contra
la corrupci? llevando como candidato a diputado en primer t?mino a un
dirigente del Menemismo ? Qu?se hizo del discurso de la nueva pol?ica ?
Alguien pens?en nuestro electorado y en la demanda de una profunda
renovaci? ?
Por otra parte, es falso sostener que
esta alianza electoral con el menemismo es la ?ica propuesta que defiende
la gobernabilidad en las cruciales horas que vive el pa?. Suena m? a
discurso justificatorio barato que a una verdad comprobada. En la C?ara de
Diputados hemos siso muchos los legisladores de distintas extracciones que
hemos acompa?do los esfuerzos del Ejecutivo por sacar al pa? de la
crisis. No era necesario llevar a los candidatos de Menem para asegurar
la gobernabilidad del pa?.
Las graves incongruencias se?ladas
nos han forzado a recorrer otro camino: ha nacido en Buenos Aires la ALIANZA
DE CENTRO, integrada por el Partido Federal y el Partido Dem?rata Con
los objetivos de siempre, para sanear la pol?ica y las instituciones, para
luchar contra los que trafican con la ilusi? de la gente, para honrar los
mandatos de la historia, con las banderas del Partido Federal siempre bien
en alto.
Proponemos como Senador a un
dirigente joven, que conoce la ciudad como nadie y con el que tambi? hemos
sostenido muchas batallas juntos. Se trata de Gustavo B?iz.
Otro dirigente de larga trayectoria y que tambi? conoce bien la
ciudad ser?nuestro primer candidato a diputado nacional: Roberto
Azaretto, a quien acompa?r?junto a la Dra. Paula Bertol,
la Prof. Beatriz Garc? Tu?n y Gustavo Forgione. Para
finalizar, dirigentes de la talla de los Dres. Roberto Durrieu y Federico
Pinedo integran la lista aportando solvencia y prestigio.
Dr.
Mart? Borrelli
Diputado
Nacional
mborrelli@diputados.gov.ar
Presidente del Partido
Federal
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