La Hoja Federal

Un viejo consejo ajedrec?tico indica: ante la duda mueva un pe?. Evidentemente la tarea del Presidente de la R? no es tan simple como un juego de ajedr?, ya que de sus errores no se pierde una partida, sino que ?tos pueden traer aparejados resultados calamitosos.
Desde un principio, la actitud del presidente ha sido en extremo pasiva, no aplic?la fiereza prometida durante la campa? para perseguir a los corruptos y delincuentes mientras se mostraba con varios se?res uniformados de negro y con cara de malos; tampoco la de encarcelar a los evasores con el pu? frente a la pantalla del televisor de los votantes que lo coronaron y tantos otros avisos que lo mostraban decidido a realizar los cambios que nuestro pa? necesita para salir del letargo en el que se encuentra desde hace varios a?s. A pr?ticamente un a? de gobierno, las promesas quedaron s?o en eso; metros de pel?ula de video juntando polvo en un caj? de alguna empresa publicitaria.
Ahora la partida parece convertirse en algo m? agresiva, pero en realidad intent?recuperar piezas perdidas, envi?a Rodolfo Terragno a su casa, reemplaz?dolo por Christian Colombo como Jefe de Gabinete de Ministros, configurando ?te el ?ico cambio significativo en lo que hace al apoyo al Ministro Machinea, ya que Terragno no encontraba su funci? espec?ica y opinaba de todos los temas intentando, incluso, imponer su propio programa econ?ico por sobre el del Ministro de Econom?; esta actitud despert?la molestia del Dr. Machinea y ya se hab? convertido en un punto de discordia dentro del gobierno. Por otra parte, Christian Colombo, si bien se considera p?licamente un banquero, ya que transit?por el Banco R?, por el BaNaDe por el M.A.C.Ro. y finalmente por el Banco Naci?, por lo que se presume tendr?una buena relaci? con Machinea, pero en realidad por estos d?s se defini?como "un pol?ico radical".
El resto de los cambios, parecen s?o enroques, ya que Gil Lavedra ten? previsto renunciar como Ministro de Justicia cuando ello fuera oportuno y el Ministerio de Infraestructura y Vivienda nunca debi? haber existido, por lo que Nicol? Gallo qued? como pieza de sacrificio, enter?dose de su relevo cuando se encontraba en medio de la aplicaci? de una amalgama por parte de su odont?ogo... ? Un papel? !.
Los cambios esperados eran que el presidente env? a su casa al Ministro Flamarique, identificado como el propietario de la Banelco que persuad? a los senadores y al Secretario de Inteligencia del Estado, de Santib?ez, quien revisaba la conducta de los miembros del mismo gobierno al que pertenece, y de donde se presume se recargaba la Banelco del ascendido ministro.

Al momento de escribir estas l?eas, la renuncia de Flamarique era s?o un rumor, pero su concresi? configura un mero dato anecd?ico.
Seguramente la preocupaci? del Presidente de la R? fue inicialmente la de otorgarle mayor poder al Ministro Machinea, como para que pueda hacer algo m? que prometer financiaci? sobre las boletas de luz de algunas empresas, pero los cambios observados no llevaron s?o ese resultado, sino que fueron m? all?
Denotan que s?o se est? solucionando problemas internos de la Alianza, que excedieron la ex coalici? de gobierno, ya que afectaron directamente la marcha del pa? y de las instituciones.
Volviendo al ejemplo del ajedr?, cuando la partida no est?muy avanzada, el enroque s?o sirve como distracci?, ya que las estrategias no est? muy definidas. En el caso del gobierno pasa lo mismo, llevamos un a? de gesti? y no hay una estrategia clara, m? all?que alguno que otro papel? de nuestro Canciller que no quiere comer p?licamente otra cosa que no sea su yogur, incluso cuando es agasajado por otros gobiernos, como sucedi?en una comida en la Casa Blanca de los Estados Unidos.
Lo que el presidente no vi?es que con ese enroque su reina quedar? indefensa... m? a?, fue sacrificada al principio de la partida, como para sac?sela de encima sin titubear.
De seguir as? lo ?ico que permanecer?es un manto de ineficacia sobre el Poder Ejecutivo, muy bien acompa?do por el incalificable aparato judicial y el desalentado Congreso Nacional, haciendo que el Gobierno Federal sea una divisi? de "poderes" que no "pueden"...

Cuando se toman medidas hist?icas e inconsultas, la Soledad del Poder puede ser en extremo perjudicial y en este caso lo fue. De una actitud en extremo pasiva, el Presidente pas?a deg?llo a quien se le ocurri?durante el desayuno.
El gobierno no debe ser tomado como cosa de guapos, es obvio que ante una desconsideraci? tal, como la demostrada por nuestro Presidente; el que es vapuleado, se ve obligado a renunciar.
Por estas horas, quienes opinan en los medios, se siguen preguntando: ? Qu?ser?de la ALIANZA ?... Y ante una breve reflexi?, la ruptura es la ?ica salida para esa ALIANZA. La humillaci? de los socios pol?icos s?o puede conclu? en eso... ? o de la R? tendr? otros socios ?.

Gustavo P. Forgione
Director

Despu? de dos semanas, la C?ara de Diputados acept?la renuncia de Francos
LA LUCHA POR OTROS MEDIOS

Mucho se ha escrito y hablado sobre la renuncia de Guillermo Francos a su banca de Diputado Nacional. La Hoja Federal no pod? estar al margen, por obvias razones, del tratamiento de este tema, pero decidimos esperar a que las aguas se aquietaran para procurar una reflexi? m? serena y certera sobre las razones y los alcances de tan trascendente decisi?. Nos hemos tomado, entonces, el mismo tiempo que se tom?la C?ara de Diputados para aceptar su renuncia, hecho que ocurri?este jueves 5, despu? de dos semanas sin lograr qu?um.
Los esc?ticos, siempre proclives a la sospecha, piensan que detr? del gesto de Francos, inusual s? pero comprensible desde la raz? humana y tambi? pol?ica, se esconde una maniobra electoralista o tal vez, la ambici? hedonista de quedar consagrado en el altar de los probos y honestos. Para esta clase de personas es dif?il asumir que no se trata de una cosa ni de la otra y que el acto de renunciar a algo requiere del mismo valor y convicci? que el acto de asumir una responsabilidad. En definitiva, forma parte tambi? de la actividad humana y pol?ica: renunciamos permanentemente a algunas cosas para conseguir otras. Para un pol?ico, la renuncia siempre es un escenario posible.
Los que hemos sido testigos directos del esfuerzo, la dedicaci? y la inteligencia que Francos ha puesto a lo largo de los ?timos 18 a?s al servicio de la actividad pol?ica sabemos perfectamente el valor que ? le daba a su banca. Tal vez porque desde aquel lejano 1985 cuando asumi?su primer mandato como concejal de la Ciudad de Buenos Aires o en su recordada gesti? como Inspector General de la ex Municipalidad, siempre eligi?enfrentar la corrupci? a someterse a ella, su banca siempre fue un lugar de lucha.
"Dejar la banca de diputado no significa alejarme de la vida pol?ica, en la que seguir?manteniendo mis responsabilidades y lealtades actuales", expresa Francos en un p?rafo de su renuncia dirigida al Presidente de la C?ara de Diputados de la Naci?. Pero esta aseveraci? que ratifica su compromiso con la actividad pol?ica, debe ser entendida a la luz de esta otra reflexi?: "el deterioro institucional es de tal magnitud que cuando todav? no se han establecido las responsabilidades ni se han adoptado las necesarias decisiones pol?icas por el esc?dalo del soborno en el Senado […] recobra actualidad el bochorno de coimas pagadas a lesgisladores en el proceso de sanci? de la Ley de Patentes…"
Es justamente por el valor que sabe tiene su banca que, en medio de una crisis sin parang? en la historia del pa?, renuncia a ella para convertirla en un s?bolo, un gesto, una se?l frente a los que nada quieren cambiar, a los que pretenden mantener el status quo.

Francos pretendi? a cambio de su banca, sacudir el inmovilismo del gobierno que nada hace para enderezar al pa? y llamar la atenci? de la clase pol?ica y de la ciudadan? sobre la magnitud de la crisis, sobre el estado de la Naci?, a la que no duda en calificar (acertadamente) como de "siniestro institucional y pol?ico".

Son atendibles los planteos de quienes piensan que su contribuci? era m? importante desde adentro que desde afuera del Poder Legislativo. Pero tambi? lo es que una actitud de este tipo, definitiva, categ?ica y oportuna, puede tener m? efecto que los 14 meses de mandato que le restaban. Su voz, finalmente, era tan solo una m? entre las 257 que integran la C?ara de Diputados de la Naci?.
"Los acontecimientos pol?icos que han conmovido a la naci?, sumiendo en la sospecha y el desprestigio a la actividad pol?ica, con grav?imo deterioro de la dignidad de los poderes de la Rep?lica, han producido en mi ?imo un estado semejante al que aquel gran presidente de la Corte Suprema, Alfredo Orgaz al renunciar a su cargo, describi?como cansancio moral". Este tipo de cansancio s?o lo pueden sentir quienes de verdad se han batido desde siempre contra las arbitrariedades y los negociados, como las excepciones al C?igo de Planeamiento Urbano o la escuela-shopping en la ?oca de Grosso, por citar s?o algunos casos, o las mafias y los aparatos partidarios en la ?oca de la Inspecci? general. M? cerca en el tiempo, en la defensa sin claudicaciones de Cavallo cuando eran pocos los que sacaban la cara por ?.
"Advierto la necesidad de una profunda renovaci? pol?ica en la Argentina, que no se satisface con actitudes tibias o sacando las casta?s del fuego", manifiesta Francos como ratificando que su renuncia es un acto dotado de un alto contenido pol?ico, pero no electoralista, sino moral y asociado a un singular sentido de esperanza de que la Argentina del ma?na de un vuelco de 180 grados en su sistema pol?ico y en la calidad de sus instituciones. Como dijera alguna vez mart? Lutero "Todo cuanto se hace en el mundo se hace por una esperanza".

Consulta Federal sobre la renuncia del Vicepresidente, Lic. Carlos "Chacho"?varez.
Su opini? ser?enviada por correo electr?ico a La Hoja Federal