Pin Federal

La Hoja Federal

Bandera Argentina


A? 2 - N?ero 33

Rep?lica Argentina, Viernes 14 Julio del 2000
?gano de Prensa del Partido Federal

Av.de Mayo 962 piso 1?
C1083AAR - Buenos Aires

N?ero Aniversario


A 147 a?s de la sanci? de la Constituci? nacional, el sistema federal sigue sin consolidarse.
LA ILUSION DEL FEDERALISMO
Por Mart? Borrelli *
borrelli@federal.org.ar

Caseros signific?la derrota de la tiran? y el anuncio de un nuevo pacto para las Provincias Unidas del Sud. Finalmente, la Constituci? de 1853 marc?la consagraci? del sistema federal de gobierno, ese que al decir de Urquiza, era el elegido por los gobiernos pero tambi? por sus pueblos.
E
l nuevo ordenamiento adem? de legitimar de manera expresa los derechos y garant?s de los ciudadanos para que nunca m? pudieran ocurrir los atropellos de la ?oca rosista (confiscaciones, encarcelamientos, ejecuciones, deportaciones, etc) cumpl? las aspiraciones m? caras del interior profundo de nuestro pa?, que ambicionaba regir sus propios destinos a partir del respeto por sus autonom?s y por su facultad para procurar sus fuentes de ingreso (tributos, propiedad del subsuelo, etc).
La historia quiso que Buenos Aires no formara parte de esa Constituci?, pero estaba claro que los reclamos por "independencia" pol?ica y redistribuci? de los recursos econ?icos (principalmente los derivados del manejo del puerto) le estaban dirigidos.

Las buenas
E
l interior siempre estuvo "lejos" para Buenos Aires, pero en los a?s de la formaci? del Estado Nacional (Presidencias de Sarmiento, Avellaneda, Roca) se beneficiaron con el impulso a las v?s de comunicaci? fluviales y terrestres, la colonizaci? de tierras en el sur y en el norte del pa?, la extensi? de las comunicaciones, entre otros logros.
Tambi? la inmigraci? contribuy? a alimentar las raqu?icas poblaciones provincianas y a sacar los dormidos recursos de las tierras inmensas. La expansi? de YPF en las primeras d?adas, algunos proyectos industrialistas de la ?oca de Per?, y otros emprendimientos mineros y petroleros, complementaron la tradicional econom? agroganadera de casi todas las provincias argentinas, manteniendo las poblaciones en sus respectivas ciudades y a? generando otras nuevas. Zapla y sus altos hornos, Cdoro. Rivadavia y su petr?eo, R? Turbio y sus minas, son pocos ejemplos de lo dicho.
L
a d?ada del ?80 vio florecer merced a pol?icas fiscales de discutible concepci? y m? dudosa concreci?, polos industriales y factor?s de la mano de la promoci? industrial.
Pero esto no alcanz?para revertir un panorama que se viene verificando en las ?timas d?adas de manera lenta pero inexorable: el deterioro cualitativo y cuantitativo en los sistemas productivos provinciales y en la densidad de sus poblaciones.

Las malas
E
n los ?timos diez a?s en particular, el profundo cambio estructural de la econom? argentina produjo un shock de productividad que acort?la brecha tecnol?ica con los pa?es mas desarrollados. Este proceso de generaci? de riqueza, ahond?la brecha entre un pa? moderno e integrado al mundo (Capital, parte de la zona pampeana, C?doba y Mendoza) y otro relegado y atrasado (el resto del pa?), escasamente vinculado con la nueva din?ica productiva.
Por su incapacidad estructural de permanecer en el mercado y por el creciente proceso de concentraci? econ?ica que los excluye de su actividad, los productores provinciales se ven empujados a la emigraci? a los centros urbanos de mayor tama? dentro de cada provincia.
A su vez, la crisis de las econom?s regionales deriv?en marcados desequilibrios fiscales de las provincias m? afectadas y los estados provinciales fueron los encargados de mantener un delicado equilibrio social a trav? del incremento del empleo p?lico.

Mientras el gobierno nacional emplea a 15,7% de la fuerza de trabajo total, la mayor? de las provincias se ubica muy por encima de ese promedio, seg? describe un informe de la Consultora Equis. En R? Gallegos, por ejemplo, m? de la poblaci? econ?icamente activa se desempe? en el sector p?lico.
E
l semanario ingl? The Economist describi?la situaci? en estos t?minos "Las provincias deben u$s 21.000 millones. Los grandes deudores –Capital, Buenos Aires, C?doba- pueden cubrir el servicio de su deuda. No as?las m? chicas. Las provincias que est? peor son las primeras a las que se ha apretado para que cumplan con su deber fiscal. Tambi?, son las primeras que reciben ayuda…"

La pol?ica
E
ste mini pantallazo no estar? completo si no le agreg?amos un condimento esencial de alt?imo impacto, que frecuentemente es analizado de manera distinta seg? se est?en el interior o en la Capital: se llama empleo p?lico y de su mano, pr?ticas pol?icas clientelistas, modelo de casta para acceder y manejar el poder, resabios feudales en la administraci? del aparato estatal, condiciones todas que por lo general son defendidas como "inexorables" o "propias del estilo de vida" de cada comunidad, pero que inciden negativamente en el perfil productivo de la provincia de que se trate.
A
la hora de buscar responsables, habr?que encontrarlos en las dirigencias de cada provincia. Todos quedamos perplejos cuando se dieron a conocer el monto de dietas y salarios de legisladores y altos funcionarios de muchas provincias del pa?, algunas de ellas las que presentan el rojo mayor, como Formosa, Chaco y La Rioja.
S
emejantes erogaciones aumentan el d?icit fiscal y erosionan las bases de confiabilidad y de identificaci? entre el pueblo y sus gobernantes.

Ajuste = Falta de Autonom?
E
l ciclo del federalismo argentino est?en crisis. Tanta lucha pol?ica, tanta guerra un siglo y medio atr?, para que ahora, el estado central haya acordado con las provincias para refinanciar sus pasivos, la siguiente cl?sula adicional: el gobierno nacional se encargar?de monitorear trimestralmente las cuentas para evaluar si los estados cumplen con los compromisos pactados. Algo as?como lo que el FMI hace con la Argentina…
E
n este escenario, donde se mezclan la grave situaci? fiscal, el nivel de endeudamiento y donde los fondos coparticipables de la mayor? de las provincias est? comprometidos, la autonom? se ha vuelto meramente formal, limitada al ejercicio regular del sufragio, que es mucho, s? pero no todo.
P
orque los ajustes pueden determinar no solo una pol?ica, sino tambi? un candidato y un equipo de gobierno que sean funcionales a Buenos Aires.
D
e alguna manera, es lo que est?pasando en Corrientes, donde parecer? que hay acuerdo para prorrogar un a? m? la intervenci? de Mestre, radical ex gobernador de C?doba, que es el delegado del Presidente.
C
ualquier semejanza con la Argentina pre 53 y la constituci? unitaria del 26, es pura causalidad.

* Presidente del Partido Federal


Primer N?ero de La Hoja FederalEn La Hoja Federal estamos de cumplea?s
Balance del primer a? de comunicaci?
Durante este primer a?, nos vestimos de periodistas, e imbuidos por esta nueva tecnolog? construida a partir del silicio, cobre y pl?tico, nos atrevimos a difundir nuestras ideas e inquietudes por la red.

Cavallo ir?en alianza nacional con el Partido FederalAs? opinamos sobre los candidatos y las campa?s de las tres o cuatro elecciones que presenciamos; festejamos los triunfos, las alianzas, los acuerdos y las reuniones pol?icas."Cordial y Productivo Encuentro" - El Dr. Cavallo con amigos federales.
Describimos la reuni? con el Dr. Cavallo en el Caf?Homero como un "Cordial y Productivo Encuentro".
Festejos del Ing. Dragan la noche del triunfoFelicitamos al ingeniero Dragan, y celebramos junto a Fern?dez Arroyo, el triunfo de "La nueva pol?ica" en Tierra del Fuego, que consagrara al diputado nacional en primer lugar.
Nos enojamos con el Poder Judicial, por no no advertir a tiempo la presencia de indeseables en su cuerpo, por permitir que se caigan las causas, en una demostraci? de desinter? en el triunfo de la justicia.
Por un mejor uso del idiomaAdvertimos sobre el mal uso de algunos vocablos, en lo que llamamos: Por un mejor uso del idioma, aunque ello nos oblig?a multiplicar la correcci? de estilo, ya que luego de ello no pod?mos equivocarnos en lo m? m?imo.
Desastre a?eo.Informamos con la celeridad de los noticieros m? sensacionalistas, pero con la seriedad que mereci?el tema, sobre la tragedia a?ea m? espeluznante de la d?ada en nuestro pa?; y no pudimos ocultar la angustia que nos produjo investigar y escribirlo mientras los hierros retorcidos a? estaban calientes.
Recordando lo que fue uno de los art?ulos m? breves, nos entrometimos en la desici? del nombramiento de Aldo Rico al frente de la cartera de seguridad provincial del gobernador Ruckauf, advirtiendo que ello configuraba un potencial error. ?te, result?ser tan pol?ico como escueto, y ello despert?decenas de cartas de enojados lectores; lo que nos oblig?a contestarlas una a una directamente, y a publicar en el n?ero siguiente un art?ulo m? extenso y a? m? atrevido que el primero, reafirmando la advertencia inicial, sobre lo que pod? sobrevenir...
Por desgracia para el gobernador bonaerense, ello ocurri?al poco tiempo.

Acuerdo de Julio de 1999Seguimos de cerca las gestiones con Gran Breta? sobre pesca y tr?sito de ciudadanos argentinos sobre nuestro territorio insular ocupado por Inglaterra y aplaudimos el Acuerdo de Julio de 1999.
Indagamos sobre los detalles de los primeros vuelos a las Islas Malvinas desde la Argentina Continental y Malvinasdescribimos desde un aspecto costumbrista lo ocurrido.
Nos comunicamos con el Departamento Malvinas de nuestra Canciller? y con alg? councillor de las Islas, cuando hubo problemas entre bueques argentinos y brit?icos, para brindar la informaci? m? confiable.
Di Tella, algo rescatable.
Definimos la gesti? del canciller di Tella como lo m? rescatable de los ?timos a?s de la administraci? Menem.
Carta de un h?oe del Belgrano enojado con La Hoja Federal.Ello evidenci?la disconformidad de un lector fueguino, h?oe del Crucero General Belgrano, cuya carta publicamos oportunamente luego de haber establecido un contacto muy productivo.
Desde el primer n?ero advertimos las cuestiones relativas a la deuda externa, los disparates que se dijeron durante las distintas campa?s sobre no pagarla o adherir al jubileo del a? 2000 en forma unilateral; investigamos y presentamos los n?eros m? cercanos a la realidad, para probar que ante la falta de pago los que no cobrar?mos somos los mismos ciudadanos.? Avemo Papa !
Recibimos el a? 2000 con esperanza, alPneumot?ax presidencial. igual que al Dr. de la R? como nuevo Presidente de la Naci?; nos preocupamos por su pneumot?ax, tanto por las consecuencias sobre su salud como por la de nuestro pa?, en el caso de ser sucedido.

Emitimos opini?, criticamos y veneramos; fuimos criticados y aplaudidos. En este primer cumplea?s sentimos la satisfacci? de haber cumplido con la idea inicial de mantener un instrumento de informaci?, el que por estos d?s ha ganado entidad propia.
Agradecemos a todos los que han colaborado a que esto sea posible.

El Director
gustavo@forgione.com.ar


Aramburu, Los Presos de La Tablada y la Memoria Colectiva

Por estos d?s, varios legisladores de la bancada oficialista se encuentran abocados a la tarea de conseguirles la libertad, aunque sea temporaria, a los terroristas del Movimiento Todos por la Patria (MTP) que coparon el cuartel de La Tablada.Presidente Pedro Eugenio Aramburu
P
or estos d?s, m? precisamente hoy 14 de julio, se cumplen treinta a?s del hallazgo en una quinta de la localidad de Timote, Pcia. de Buenos Aires, del cuerpo sin vida de quien fuera presidente de la rep?lica, el Gral. Pedro Eugenio Aramburu, asesinado por Montoneros.
S
alvo el peri?ico La Naci?, la revista Todo es Historia y alguna publicaci? menor, los medios han omitido recordar la ejecuci? de Aramburu (a manos de Firmenich, Abal Medina, Arrostito y cia.), otorgando, en cambio, generoso espacio al padecimiento que sufren los MTP por la huelga de hambre que llevan a cabo en reclamo de garant?s procesales de discutible procedencia. Cuentan con el apoyo, como es habitual en estos casos, de organismos internacionales de derechos humanos y de la legi? de garantistas vern?ulos (algunos, distinguidos pol?icos), que rozan con su defensa, la reivindicaci? de la lucha armada.
E
stos temas que en apariencia no guardan ninguna relaci? entre s? se encuentran estrechamente vinculados, sin embargo, porque ambos de manera objetiva son episodios, no importa si ?timos o primeros, de la tragedia de violencia que vivi?nuestra sociedad. Como tales, contribuyen a formar la memoria colectiva mediata y dentro de unas d?adas, se convertir? en cap?ulos de la historia, disciplina imparcial que necesariamente prescinde de los intereses de facciones para buscar el equilibrio y la verdad objetiva.
E
l asesinato de Aramburu no puede ser dejado de lado: con ella la subversi? sac?chapa y estableci?un antes y un despu? en el devenir de la escalada de violencia. Ninguna memoria colectiva, ni mucho menos, la historia de un pueblo o de una naci? puede prescindir de un dato de semejante relevancia que ayuda a entender muchos hechos posteriores, sobretodo a las generaciones que no lo vivieron.
Por eso, el Estado mismo deber? estar interesado en que las lecciones del pasado estuvieran a disposici? de todos los ciudadanos, independientemente de que los medios colaboren con ello. As?como en la d?ada del ?80 se public?el informe de la Conadep, tambi? deber? buscarse la manera de reflejar otros hechos tan condenables como los all? relatados que hasta ahora no han recibido igual tratamiento.

Soslayar la memoria de Aramburu, por un lado (y de tantos otros militares, obreros, sindicalistas, empresarios, ciudadanos comunes v?timas de la subversi?), y por el otro, instalar en la opini? p?lica el tema de los guerrilleros de La Tablada para tener mayor margen de maniobra, significa que el Estado, ese que todos formamos, ayudamos a sostener con nuestros impuestos y al que en mayor o menor medida le confiamos la educaci? de las futuras generaciones, ha tomado partido por una divisa, cosa inadmisible en un estado democr?ico y plural. O lo que es muy grave tambi?, que su muerte se justific?por su condici? de antiperonista o por haber ordenado las ejecuciones de militares adictos a Per? en 1956.
P
or lo tanto, pareciera que no interesa la memoria completa, como bien lo ha dicho recientemente el Tte. Gral. Ricardo Brinzoni y s?seguir alimentando el revanchismo a partir de nuevas ediciones del Nunca Mas, o la erecci? de un monumento a las v?timas del terrorismo de estado en la ciudad de Buenos Aires.
M
ientras tanto, y en la certeza de que el an?isis de este tema no se agota en estas pocas l?eas, La Hoja Federal expresa con ellas un sencillo homenaje a la memoria del Gral. Pedro Eugenio Aramburu.

 

 

Aramburu en La Naci?
Hoy, a 30 a?s del secuestro de Aramburu
Por Bartolom?de Vedia 29/05/2000
Diario
La Naci?
El silencio de Firmenich en Barcelona
Por Jorge Camarasa 29/05/2000
Diario
La Naci?
Secuestrado y asesinado por Montoneros
La dimensi? moral de un prisionero
Por Jos?Claudio Escribano 29/05/2000
Diario
La Naci?
La significaci? de Aramburu
Por Rosendo Fraga 25/05/2000
Diario
La Naci?

LA SITUACION SOCIAL DE LA ARGENTINA SEG? UN DOCUMENTO DEL BANCO MUNDIAL

Banco Mundial - World BankEn un documento oficial aprobado por el Directorio del Banco Mundial en junio del 2000, titulado "Memorando del presidente del Banco Internacional de Reconstrucci? y Fomento a los directores ejecutivos sobre la estrategia de asistencia del Grupo Banco Mundial para la Rep?lica Argentina", analiza como “posibles”, no "probables”, tres “escenarios de riesgo” para nuestro pa?.
E
l escenario m? suave supone una crisis similar a la del tequila o la ?tima recesi?. Los otros implican crisis m? profundas y hasta el abandono de la convertibilidad.
Propone, por si llega ese momento un plan contingente.
El informe del Banco Mundial, tiene un cap?ulo titulado “Administrando el riesgo social”, especialmente dedicado a la estrategia que debiera seguir el pa? en materia de pol?icas sociales.
D
ice que en Argentina existen casi 8 millones de personas carenciadas sin ning? tipo de cobertura social e identifica a los grupos m? vulnerables que no reciben ninguna asistencia oficial: desde los ni?s hasta ancianos. Afirma que,” por nivel de ingreso per c?ita, Argentina es uno de los pa?es m? desarrollados de Latinoam?ica, pero que presenta serios retrasos en infraestructura social”. Y se?la que “se compara desfavorablemente con vecinos como Chile y Uruguay en t?minos de pobreza y equidad en la distribuci? del ingreso”.
S
eg? el documento oficial del Banco, “la red de protecci? social del pa? es limitada” y alcanza “solo a alrededor del 25 por ciento de las familias pobres”.
Reconoce que tanto la pobreza como la desigualdad en el reparto del ingreso, dos fen?enos asociados, han empeorado en la ?tima d?ada.
Argentina enfrenta un complejo conjunto de problemas sociales que son f?iles de resolver en el corto plazo. Con un crecimiento modesto, del 3,3 por ciento anual por los pr?imos 10 a?s, las tasas de pobreza bajar?n del 29 por ciento actual al 20 - 22 por ciento,” es decir, un nivel similar al que hab? alcanzado entre 1993 y 1994.
Para el Banco Mundial, Argentina tiene uno de los niveles de gasto social per c?ita m? alto de Latinoam?ica, incluso superior al de pa?es como Chile, Costa Rica o Uruguay”. Pero, a? as? existen graves problemas de “cobertura”.

El 75 por ciento de los pobres no reciben ninguna asistencia oficial y m? de la mitad no cuentan con ayuda oficial ni privada”.
Destaca que la extensi? de los planes alimentarios para ni?s y ancianos, son una de las ?eas m? importantes a cubrir. S?o el 44 por ciento de los ni?s pobres menores de 2 a?s es asistido por programas nutricionales, ejemplifica.
El segundo problema, argumenta, es que “el gasto social es proc?lico”, lo que significa que es ajustado por el Gobierno cuando la recesi? contrae la recaudaci? tributaria.
Los programas sociales focalizados en los pobres deber?n ser parte de una red social de protecci? que se expanda durante la crisis”.
El otro elemento impresionante de la informaci? que maneja el Banco Mundial es el mapa de “grupos vulnerables”, que no cuentan con ninguna asistencia oficial, que se identific?para la Rep?lica Argentina. Es el siguiente:

  • Chicos de 0 a 5 a?s: Hay 400.000 ni?s indigentes (ni siguiera reciben una dieta alimentaria m?ima en calor?s) que no est? cubiertos por ning? plan alimentario y 1 mill? de ni?s pobres que est? fuera de los programas sociales y educativos del gobierno.

  • J?enes de 15 a 24 a?s: Hay 100.000 j?enes indigentes y 400.000 mil pobres que no reciben asistencia p?lica y quedaron fuera de la escuela.

  • Adultos de 25 a 64 a?s: Hay 800.000 indigentes y 3.750.000 pobres que no cuentan con ayuda oficial.

  • M? de 65 a?s: Hay unos 250.000 ancianos sin pensiones ni seguridad social alguna.

  • Poblaci? en general: 1.700.000 de indigentes y 6.000.000 de pobres no cuentan con ning? tipo de seguro de salud y tampoco reciben otro tipo de cobertura espec?ica desde el Estado.

Prof. Victoria Bitar Fern?dez


 

Tal? de Aquiles de la econom?

Por Marcelo D'Alotta
mdalotta@federal.org.ar

Existe un mill? de empresas PyME en nuestro pa? que generan 8 de cada 10 puestos de trabajo; sin embargo 1 de cada 3 tiene acceso al mercado crediticio, operan con un nivel bajo de asociatividad (9 de cada 10 realizan sus compras por separado) y en muchos rubros de consumo masivo enfrentan una desigual competencia de empresas multinacionales.
Los ?timos tiempos no han tratado muy bien a este tipo de empresas, recordemos la crisis del tequila, y posteriormente las asi?icas, rusa y brasile?; mientras que las tres primeras afectaron el mercado financiero, la brasile? tambi? afect?las exportaciones argentinas.

Detalle de "La Cosecha" de Maza.

Podemos acotar que en los ?timos a?s no hubo un incremento de precios al por mayor, pero s?se han incrementado los servicios, presi? impositiva y previsional lo que disminuy? notablemente los m?genes de rentabilidad.
O
tro factor a tener en cuenta es la agresiva campa? de algunos estados brasile?s por obtener la radicaci? de industrias en sus distritos, tentando de una forma desmedida a los empresarios nacionales con desgravaciones impositivas.
Es tiempo que el gobierno aplique medidas concretas, y que los proyectos no queden solamente en eso.

La Hoja Federal

Director
Gustavo P. Forgione

Correo electr?ico: hoja@infored.com.ar  

Tel?onos:
Lectores y Redacci?:
(0 11) 15-5109-8824
Director:
(02901) 43-1840

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