De la Oficina de Prensa de REPSOL YPF
NUEVO DESCUBRIMIENTO EN LA CUENCA MARINA AUSTRAL
SIPETROL ARGENTINA S.A. (operador) y REPSOL-YPF anuncian hoy el descubrimiento en la plataforma continental argentina, de un nuevo yacimiento de hidrocarburos cercano al Estrecho de Magallanes, en el área denominada CAM 2/A Sur.
Como resultado de los estudios y trabajos exploratorios realizados en esta área, sobre la cual las partes son titulares en porcentajes iguales, se decidió la perforación del primer pozo exploratorio que resultó descubridor en la Formación Springhill.

Las operaciones llevadas a cabo aproximadamente a unos 12 km de la costa resultaron exitosas, a la par que se aprovechó en una siguiente etapa esta misma infraestructura de pozo, para realizar a partir del mismo una segunda perforación al mencionado objetivo petrolero.
El primer pozo exploratorio (CAM XE-1), alcanzó una profundidad final de 1725 metros y produjo durante los ensayos finales, de uno de sus horizontes productivos, ubicado entre las profundidades de 1658 y 1665,5 metros bajo nivel mar medio, por orificio de 25 mm: 429.285 m3/d de gas con 24 m3/d de condensado, mientras que el segundo pozo denominado CAM XE-1 A, produjo también de uno de sus horizontes ubicados entre las profundidades de 1647,6 y 1652,1 mbnmm por orificio de 18mm, 344 m3/d de petróleo y 17.571 m³/d de gas.
Este nuevo descubrimiento de hidrocarburos en la Cuenca Marina Austral, además de corroborar el interés propio del sector, permite ajustar la estrategia exploratoria a desarrollar, la que conducirá a ampliar la actividad futura en la misma.
Cabe mencionar que el correspondiente Permiso de Exploración sobre esta Area ubicada en las Provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántida Sur, fue otorgado por el Poder Ejecutivo, bajo los términos del Concurso Público Internacional N° E-01/92, en su Trigésima Segunda Ronda, mediante la Decisión Administrativa N° 14/99.

Buenos Aires, 25 de Agosto de 1999

Leyendo el discurso de receso del Consejo Legislativo de las Islas, invocado por el consejero Michael Summers, recuerdo las palabras de Manuel Belgrano durante las invasiones inglesas al Río de la Plata, allá por 1806 cuando éste le explicaba a Sir William Carr, Vizconde de Beresford, ya preso por las tropas criollas y españolas de la Reconquista de Buenos Aires, que "preferimos al amo viejo".

Esta reflexión puede parecer ingenua, ya que la única razón aparente es porque lo conocían, lo que hoy reconocemos en el viejo adagio mas vale malo por conocido que bueno por conocer.
En las Islas ocurre lo mismo, el sistema político implantado por Inglaterra no prevé el nombramiento de un gobernador por parte de los isleños, ya que es nombrado en Gran Bretaña y por ingleses; sólo tienen un cuerpo deliberativo de las Islas llamado Consejo Legislativo de ocho miembros; tampoco se toman en cuenta sus decisiones con carácter estrictamente vinculante para con las relaciones políticas y comerciales exteriores; incluso, las oficinas destinadas a todo lo relativo a ello se encuentran en Londres.
No obstante esta bochornosa sumisión por parte de los isleños, la idea de pertenecer a la República Argentina les provoca una especie de urticaria. Se ha generalizado la idea de que sólo bajo el poder inglés habrá democracia en las islas (que no la hay en la forma estricta del vocablo), entendiendo que en la Argentina reina un sistema político antidemocrático como en 1982, que azota las costumbres regionales y que modificaría las costumbres de los habitantes de las Islas.

Sangre azul
Dado que Inglaterra no promete a los isleños una independencia, tanto en lo económico como en lo político, ni les ofrece la posibilidad de nombrar un gobernador de su seno; cabría pensar que la condición de súbdito, para los isleños, es superior a la de ciudadano.
Haciendo un paralelismo con Manuel Belgrano, citado anteriormente, a él también le fue difícil asumir esa condición luego de haber vivido muchos años bajo el dominio real, y sólo vivió algunos años luego de la independencia que tanto ayudó a lograr.
Probablemente los isleños no encuentren que nuestro presidente lleve "sangre azul" y obviamente tienen razón, ni el actual ni los que vendrán la tendrán, así como no la encontró Belgrano en los probables gobernantes criollos.
Esto no implica ningún complejo en la actualidad, ya que luego de muchos años de independencia y democracia, el convencimiento de ser súbditos sólo de la Ley Fundamental se ha hecho carne en los argentinos y la idea contraria llevaría con sigo una pena no sólo de la Ley, sino de la sociedad. Durante este siglo, vivimos varias décadas, debido al quiebre institucional, en las cuales hemos perdido la condición de ciudadanos, para ser súbditos de una prerrogativa de sangre, que en nuestro caso fue verde y no azul, ello ayudó a devolver la dignidad de nuestro título con más fuerza, y la cuestión Malvinas tuvo mucho que ver en su desenlace.

Inglaterra prometió devolver las Malvinas
(En honor al título de Zorraquín Becú)
Ante la hipótesis de que Inglaterra devuelva las Islas, se plantearán varios problemas a resolver: Los isleños seguirán siendo súbditos británicos y su cultura será británica, pero con nacionalidad argentina. Argentina será país bilingüe automáticamente, en cuyo territorio habrá un sector en el que el idioma oficial será el inglés y que la totalidad de sus habitantes lo hablará con exclusividad. Forzosamente seguirá el sistema inglés de tránsito vehicular, por lo que habrá que modificar la Ley de Tránsito para incluir la costumbre de esa región.
Ante la posición pretendida por los ingleses, que en algún momento residieron en las Islas Malvinas y ahora lo hacen en Londres, reunidos en la Falkland Island Association, de educar a los argentinos para que se unan a la causa de las Falklands; es más beneficioso para todos, isleños y continentales, poner en claro que la República Argentina es un país federal, donde la autodeterminación cultural es una regla impuesta por la Constitución Nacional, y la gestión de política administrativa queda sujeta a los gobiernos locales, los que regirán las costumbres como hasta ahora; la gran diferencia entre la situación actual y la hipótesis planteada, será la transformación del título de súbdito que pesa sobre los isleños por el de ciudadano que poseemos los continentales.