La
Gestión
Los días 25 y 27 de Mayo pasados
comenzaron a efectuarse reuniones entre
ambas cancillerías con el fin de
reanudar los vuelos que habían sido
cancelados por el gobierno chileno,
siguieron las conversaciones el 2 de
Julio en la ciudad de New York, y la
redacción final del preacuerdo fue
ajustada durante la semana pasada por el
embajador Rogelio Pfirter de nuestra
Cancillería y por el Foreign Office,
Peter Westmacott.
La presencia de los councillors Sharon
Halford y Mike Summers, representantes
del Consejo Legislativo del gobierno de
las Islas Malvinas, mereció el acoso de
los opositores kelpers, quienes
provocaron incidentes en las islas y
amenazas de renuncia de los otros
miembros del Consejo como Norma Edwards.
Su participación también recibió
críticas por parte de algunos opositores
argentinos al acuerdo, pero habrá que
recordar que esta negociación no es
multilateral sino bilateral, por la
República Argentina fueron los
designados por la Cancillería y cuatro
diputados nacionales, por Gran Bretaña
fueron los designados por el Foreign
Office y dos consejeros isleños. Tanto
es así que su presentación fue
realizada por Robin Cook y Guido di
Tella.
En materia de pesca, se establece un plan
de cooperación para evitar la pesca
furtiva. Sobre esta cuestión, la
República Argentina está realizando un
trabajo mucho más eficiente que la Royal
Navy por lo que el intercambio de
información es vital para cumplir con un
mejor patrullaje en la zona. El
acuerdo pudo darse sólo debido a la
firmeza, voluntad y capacidad de
tolerancia de las partes, cualidades
difíciles de reunir luego de los sucesos
de 1833 y 1982.
La ciudad de Buenos Aires
presenta por estos días un
aspecto bastante británico:
niebla, llovizna... ¿será
en honor al acuerdo?
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Contracaras
Ambas partes del acuerdo
mostraron sus caras conflictivas, tanto
algunos beligerantes kelpers quemando
banderas argentinas, como el diario
argentino Clarín y Dante Caputo.
La característica que indicó que este
acuerdo permitirá seguir adelante fue la
participación en la Delegación
Argentina de políticos opositores como
Marcelo Stubrin, Carlos Raimundi,
Fernando Maurette y Marta Aráoz. Otro Rumbo
Estábamos desacostumbrados
a recibir noticias como estas, el acuerdo
implica un avance muy alentador sobre las
negociaciones con Gran Bretaña, favorece
a argentinos y británicos, acerca las
tensas posiciones y constituye un punto
de partida.
En oportunidad de entregar una ofrenda
floral en el monumento londinense a los
británicos caídos durante la Guerra de
las Malvinas, el Presidente Menem le
sugirió a la Reina Isabel II, que no
miremos atrás; ello fue un
símbolo de avance en las relaciones.
Desde ahora habrá que comenzar las
gestiones para reducir la zona de
exclusión, aumentar el patrullaje
argentino en torno de las islas,
incrementar las relaciones comerciales,
lograr el ingreso incondicional de los
ciudadanos argentinos y la capacidad de
adquirir inmuebles o participar en
negocios en las islas y finalmente
recuperar la soberanía argentina.
El Canciller diTella dijo a La Nación,
cuando le preguntaron cuánto tiempo se
podría llegar a tardar hasta discutir
con Inglaterra la cuestión de la
soberanía: -Mi pálpito es que
podrá ser dentro de dos mandatos
presidenciales. Claro que debemos tener
en cuenta que en una negociación no se
puede ganar todo: hay que ser flexibles.
Yo estoy impresionado por cómo se han
acelerado los tiempos y cómo ha cambiado
el clima.
La actitud del Canciller di Tella ha
cambiado notablemente durante los
últimos meses y lejos está de aquella
estrategia de seducción por tarjetas
navideñas y ositos Winny Pu de hace un
tiempo.
Como dijéramos en
La
Hoja Federal del Viernes pasado, habrá una
resignación, y es sobre la toponimia
impuesta en 1982; a partir de este
acuerdo, la capital del distrito se
llamará Puerto Stanley.
Por Gustavo P.
Forgione
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