Señor
Instructor de Audiencia Pública
del Organismo Regulador del S.N.de A.
Doctor Agustín Gordillo
S. ____________/ _____________D.
De mi
consideración:
Me dirijo
a Vd. En mi carácter de representante del Partido
Federal ante la Audiencia Pública propiciada por ese
Organismo Regulador sobre la consulta relativa a la
cuestión Aeroparque Jorge Newbery.
Para una
mejor comprensión de nuestra exposición, dividiré
el tema en cuatro partes a saber:
CRECIMIENTO
DEL TRÁFICO AÉREO Y SITUACIÓN CONTRACTUAL.
ASPECTOS
ECOLÓGICOS.
LA
IMPORTANCIA DEL SERVICIO PÚBLICO.
CONCLUSIÓN.
1.
CRECIMIENTO DEL TRÁFICO AÉREO Y SITUACIÓN
CONTRACTUAL
De
acuerdo al expediente ORSNA N° 255/99, surgen
eventualidades no previstas como el crecimiento del
tráfico aéreo, la ampliación de la plataforma y la
adecuación de las instalaciones edilicias existentes
en el Aeroparque Jorge Newbery, como es el caso del
espigón de Austral que, invadiendo los espacios de
plataforma, contraviene las normas establecidas por
OACI para distancias entre el rodaje o su pista de
aterrizaje, las que no implican una necesidad de
inversión extraordinaria, sino una imprevisión al
momento de proponer el plan de inversiones para la
licitación, y de igual manera un error en los
cálculos del licitador al ofertar su propuesta.
No
tomamos posición sobre la responsabilidad que le
cupiere al licitante o al evaluador de las
propuestas, sino que hacemos la observación de la
falta de previsión de los interesados. En nuestro
entender debiera haberse previsto oportunamente que,
por razones edilicias preexistentes a la oferta, la
falta de cumplimiento del aeropuerto en cuestión,
con las normas internacionales convenidas merecía
determinadas inversiones.
De allí
surge que la cuestión contractual sea modificada. De
haberse tenido en cuenta oportunamente los detalles
que se mencionan en el expediente 255/99, no tendría
el carácter de urgencia que merecen actualmente
estas cuestiones.
2.
ASPECTOS ECOLÓGICOS.
Un
argumento ampliamente escuchado desde hace una
década, es la recuperación para la Ciudad de
Buenos Aires de las casi 130 hectáreas que
comprenden al Parque de la Raza. La totalidad de esa
área pertenece actualmente a la Ciudad y ya está
cumpliendo desde hace décadas con un servicio
público indispensable para su desenvolvimiento.
Tampoco
podemos hablar de recuperación, cuando los
terrenos corresponden a nuevos espacios ganados al
Río de la Plata; podría hablarse de devolver los
espacios, si estos fueran devueltos al río. Si
tomamos la ecología como una disciplina estricta,
nuestra responsabilidad se remitiría solamente a
administrar los terrenos legados por la naturaleza,
sin tomar los espacios que ella legó al correr del
agua.
Evidentemente,
en pro del dinamismo de la ciudad y con el fin de
cumplir con las necesidades de los habitantes,
debemos modificar la naturaleza y en muchos casos
resignar algunos de sus beneficios.
Estos
deben ser los derivados de la excelencia de los
servicios públicos, los que su costo de oportunidad
sea mayor que el costo, no fácilmente mensurable,
que el perjuicio que se le hace a natura.
El
deterioro ecológico que produce un aeropuerto que
sirva a los ciudadanos de Buenos Aires hará el mismo
daño al entorno, sin importar el lugar de su
emplazamiento. No interesa su ubicación exacta, ya
que el ruido será el mismo en todos lados, los gases
serán expelidos del mismo modo y los despegues se
realizarán indefectiblemente.
El único
modo de evitar el impacto ambiental que produce la
aviación comercial es terminando con ella.
3.
LA IMPORTANCIA DEL SERVICIO PÚBLICO
El
Aeroparque configura en sí, la materialización de
un servicio público de excelencia, dado que
hace que el principal beneficio que da existencia a
la aviación comercial, su rapidez, se haga realidad
en lo que hace al traslado puerta a puerta. Cada hora
que se incremente debido a la ubicación del
aeropuerto, equivale a alejar esta ciudad de las
otras, entre 500 y 800 kilómetros y cada hora que se
sume a la necesidad de tomar un avión equivale a una
hora hombre de trabajo o descanso inútilmente
desperdiciada.
En este
orden de cosas, tanto la comodidad como el incremento
en los costos de los pasajeros, únicos
beneficiarios de este servicio público,
quedarán relegados si retiramos el aeropuerto
metropolitano.
Cabe
destacar que para considerar los costos, tuvimos en
cuenta todos los costos mencionados, y en el caso de
construir un nuevo aeropuerto, la cadena económica
se encargará de recuperar la inversión en cuestión
por medio de molestas imposiciones o tasas de
servicio, ya que en definitiva no importa si la
inversión inicial es realizada por un privado o por
el Estado Nacional, Provincial o Municipal, porque de
un modo u otro el costo lo asume el usuario final.
Es
imprescindible también, estudiar el impacto en los
costos del turismo en el interior del país y el de
los viajes de un día, como es acostumbrado por la
gran mayoría de los hombres de negocios.
Asimismo,
tanto la partida como el arribo, con sus traslados
incluidos, son parte del vuelo mismo, y sólo quien
haya utilizado varios aeropuertos, entenderá el
beneficio que implica bajarse de un avión y tomar un
taxi por algunos minutos para llegar a su destino.
Estas
ventajas fueron vistas hace muchas décadas en
nuestro país, algo de lo que nos olvidamos
permanentemente cuando tratamos de buscar en el
exterior algún modelo que nos ayude a mejorar. En el
exterior han visto los beneficios que algunos de
nosotros no vemos en Aeroparque, como ejemplo, cabe
citar al LCY (London City Airport) construido hace
poco tiempo en vistas a que un aeropuerto es un servicio
público, que no se relaciona directamente con un
negocio, sino que estos se harán a raíz de su
existencia.
Para
algunas empresas aéreas que explotan líneas
internacionales y de cabotaje, la inexistencia del
Aeroparque constituiría un beneficio y una ventaja
por sobre las que sólo explotan cabotaje y las
llamadas de tercer nivel, incluso daría lugar al
abuso de posición dominante en el mercado, ya que
podrían disfrutar de los beneficios de un monopolio
en un futuro cercano más fácilmente que las otras.
Si para las empresas que coinciden con lo descripto
anteriormente, el Aeroparque implicare una
inconveniencia por no unificar las operaciones
comerciales en un sólo aeropuerto, una solución
sería que estudien la posibilidad de mudar sus
cabeceras actuales de cabotaje y regional del
Aeroparque a Ezeiza utilizándolo a modo de Hub
a su conveniencia, de otro modo estarían primando un
negocio propio por sobre el servicio público que
les permite hacer ese negocio.
El
Aeroparque Jorge Newbery configura el ya tantas veces
repetido servicio público de excelencia, y su
existencia implica un orgullo; su cierre se compara
con la pena de muerte, si en un futuro cercano nos
damos cuenta que ello produjo un daño al servicio
público, no podremos nunca más recuperar su
ubicación y cada vez habrá menos lugar para
hacerlo.
4.
CONCLUSIÓN
La Ciudad
de Buenos Aires cuenta con un privilegiado servicio
aeroportuario, la innumerable cantidad de
características que lo hacen único, radica en el
tiempo que insume el acceso desde el centro de la
ciudad y de las zonas de residencia de la mayor
cantidad de sus usuarios.
En su faz
económica se trata de una estructura amortizada
totalmente, con reducidos costos para el público
usuario y los operadores. El Aeroparque Jorge Newbery
ha formado un mercado aeronáutico comercial propio
con características ejemplares.
Su
índice de accidentes in situ es mínimo y
comparable con los aeropuertos más seguros del
mundo, previendo dispositivos de seguridad de
aproximación frustrada con orientación de 105°, lo
que hace que las aeronaves en problemas nunca
sobrevuelen sitios poblados; también debemos tener
en cuenta la baja inoperabilidad comparativa del
área por cuestiones meteorológicas, y la
confiabilidad de los renovados sistemas de apoyo.
Entendemos
que hay mucho por hacer, que la exigencia de los
usuarios merece ser atendida de mejor forma, que
podemos cumplir con las normas de seguridad y calidad
previstas por los organismos multilaterales con
modificaciones mínimas en este aeropuerto; que ellas
deben hacerse dentro del marco de la licitación, ya
que la falta de previsión de las partes que actuaron
en el contrato de concesión oportunamente, no
implican una urgencia para el resto de los ciudadanos
en la actualidad.